“Nos reunimos porque supuestamente en marzo arrancaban de nuevo con la obra, pasó un mes y todo sigue igual, no hay empresa de seguridad y el predio está totalmente abandonado”. Las palabras fueron dichas por Pablo Calderón, uno de los beneficiarios del plan federal “250 Viviendas”. En el lugar, ubicado en barrio Industrial, se reunió ayer un grupo de beneficiarios. Preocupados, inmersos en una espera que desespera. Paradójicamente el sueño de la casa propia adquiere por momentos las características de una pesadilla. Demasiado sacrificio hicieron las familias para abonar el alquiler de sus casas y a la vez cumplir con las cuotas del terreno que no les fue regalado, como en otros planes. Y, hay contratos que se renuevan, alquileres que aumentan y el tiempo pasa. El tiempo pasa y las viviendas parecen cada vez más lejanas. El grupo que dedicó la tarde de domingo para observar el estado de la obra, descubrió que no todo lo acordado se cumple. “Estamos viendo la casa prototipo, las medidas no coinciden con lo que dijeron. Los tirantes son de caño y no de madera como estaba previsto, las aberturas tuvieron que sacarlas varias veces porque sin duda están mal terminadas”, afirmó Calderón a la periodista de EL DIARIO. La política habitacional es uno de los caballitos de batalla de la gestión del Gobierno local. Pero las cosas no se están dando en los plazos previstos y las necesidades crecen en una proporción mayor. Barro, yuyos, ninguna maquinaria en el predio emplazado entre las calles Victorino de la Plaza, Paraguay, prolongación Alvear y el Plan de 94 Viviendas de barrio Industrial. La incertidumbre gana espacios entre las familias que requieren tener su propio hogar. “Hace más de un año que nos vienen diciendo una cosa, que nos dicen que van a hacer reuniones para mantenernos informados y hasta ahora no hicieron ninguna reunión”, dijo Calderón. Los demás coinciden. Recorre el sector y las esperanzas disminuyen ante la realidad. “Al paso que vamos van a pasar dos años más”, piensan mientras sacan cuenta del tiempo que pasó del sorteo de las casas. Ya transcurrieron tres años y como expresa el dicho el pescado sigue sin venderse. “Nuestro interés es que la obra avance, no queremos pelear con nadie, sólo pedimos que no nos mientan más”, señaló en otro momento de la charla Pablo Calderón. El problema de las promesas incumplidas es que después no resulta fácil confiar en la palabra. “Queremos que todo lo que nos digan de ahora en más, lo hagan por escrito y firmado. No queremos más palabras, porque está visto que con la palabra no pasa nada”. Fue la frase final de la conversación con la periodista. La nota terminó, pero la espera continúa y la gente quiere respuestas claras.
N. M.
Cronograma de una larga espera
- En mayo de 2010 se realizó el sorteo de las viviendas.
- En agosto de 2011 y tras la llegada de los anticipos financieros por parte del Gobierno central obreros y maquinarias de la Unión Transitoria de Empresas (UTE), adjudicataria de la licitación pública, dieron inicio a la obra prevista a desarrollarse en dos módulos, uno de 90 casas y otro de 160 unidades habitacionales.
Las viviendas se ejecutan sobre el terreno adquirido por el municipio, emplazado entre las calles Victorino de la Plaza, Paraguay, prolongación Alvear y el Plan de 94 Viviendas de barrio Industrial.
Cabe destacar que los beneficiarios debieron abonar el valor del terreno en el marco de un plan de pago ideado por la Municipalidad.
- En febrero de 2012 obreros denunciaron que la obra se había paralizado y que la empresa adjudicataria se llevó todas las herramientas.
- Días después, el Gobierno de Eduardo Accastello intimó a la UTE, conformada por Forobra-RAC, para que avance en la edificación de las mismas.
- En marzo de 2013 la obra pasó a manos de Teximco.