Los alumnos del tercer año de la Tecnicatura Superior en Producción Agropecuaria de la Escuela Superior Integral de Lechería (articulada con la Universidad con la carrera de Ingeniería Agronómica) participaron del Seminario de Climatología dictado por Carlos López, magister en Extensión Rural.
Hernán Allasia, vicedirector del Nivel Superior de esa institución educativa, indicó que el seminario “tiene la finalidad de promover la actualización de nuestros alumnos y también de la comunidad”, en temas de interés como es, en este caso, el clima.
“Nuestra intención desde la ESIL, perteneciente al Instituto de la Santísima Trinidad, es generar un espacio de transmisión de conocimiento actualizado, permanente, estimulante, vinculado a las instituciones y empresas del medio con nuestros estudiantes en todas las carreras”, agregó.
Treinta años de ensayos
López, relató a los alumnos su experiencia iniciada en los años ´80 en la agencia del INTA de Río Primero. “Imagínense, era todo monte y lo que se hiciera, era bienvenido”, relató.
Casi por casualidad y por curiosidad, empezaron a ocuparse de la atmósfera, dado que el clima, hasta hoy, es uno de los elementos sobre los que menos puede incidir el productor agropecuario.
“Con el intendente, empezamos a trabajar en proyectos de desarrollo local y para eso, partimos de que en la región hay un bolsón de agua impresionante que se puede utilizar en riego. Pero para eso, necesitábamos hacer un diagnóstico climático”, dijo.
Así fue que consiguieron una precaria estación meteorológica y por años, estuvieron realizando mediciones.
Hoy, el trabajo tiene un mejor desarrollo, con seis estaciones ubicadas en una amplia región.
Igual, López (con su equipo integrado por Omar Triadini y Luis Hecker, quienes también estuvieron disertando en el seminario) considera que es indispensable afrontar un diagnóstico serio. “Se necesita en todo el país estaciones con gente capacitada que pueda interpretar los datos para desarrollar políticas productivas y de manejo”.
Aclaró que también sirve para determinar las limitaciones del ambiente. “No se puede hacer todo en cualquier lado. Hoy, los productores empiezan a invertir porque hay modas que aseguran que se puede sacarle más a un ambiente, y terminan endeudados y sin resultados, como está pasando con los tamberos de La Para. Los ambientes tienen sus posibilidades y limitaciones”, precisó.
Diagnóstico
Aclarando la parcialidad de los datos que manejan por la limitación de los recursos, el equipo del INTA de Río Primero llegó a una conclusión clave: el aumento de la radiación solar.
“Esto se puede ver no sólo en el ámbito agropecuario, sino, pregúntenle a un especialista de piel si no aumentó la cantidad de cáncer”, señaló.
En lo que hace al campo, ese efecto se nota en “el acortamiento del período de cultivo, es decir, entre la siembra y la floración”. También hay efectos en la ganadería, con incremento de muerte animal.
“La temperatura del suelo se elevó y se extienden los períodos libres de helada”, agregó.
El aumento de la radiación coincide con las determinaciones de la NASA que mide las explosiones solares.
Aseguran que este año, es un año pico en explosiones (empezó a crecer en 2007) y con más liberación de rayos ultravioletas. Además, aclararon que no es por acción humana el cambio de la radiación solar, sino que es un tema netamente natural.
“Para saber qué hacer, hay que capacitar gente. Por eso, si alguno de los estudiantes de Villa María se entusiasma con el estudio del clima, creo que habremos ganado algo. El conocimiento es indispensable”, agregó López.
Con sus 30 años de ensayos a cuestas, nota que hubo más conocimiento aplicado a la genética más que al clima. “Por ejemplo, en la zona que estudiamos, vemos que no bajó la producción pese a que partíamos de 500 mm anuales de lluvia y hoy estamos en 260 mm. Eso es mejora de genética, pero tienen que saber que sin lluvia, no se puede producir. Hay que estudiar, conocer, definir ambientes y saber qué se puede producir y hasta cuánto”, concluyó.