Advertencia antes de leer esta nota: toda respuesta que emita Roberto Pettinato a las preguntas enviadas por EL DIARIO -como exige a los medios gráficos- deberá ser leída en tono jocoso o irónico. Acaso, una suerte de anticipo de aquello que se podrá apreciar esta noche en el Teatro Verdi, en el marco de su presentación de stand up.
-Aunque has advertido que tus presentaciones se desarrollan a base de improvisaciones, ¿mantenés algún marco temático o disparadores en los shows?
-No hay marco, hay disparadores. Es la forma más sencilla de ganarse la vida. Si bien yo no vivo literalmente de esto. Pero por lo menos lo ves como una oportunidad que te da la vida para cuando tu cara ya no funcione en televisión y empieces a hacer propagandas de venta de joyas de la abuela (risas).
-Has declarado que no has querido continuar el formato típico del stand up. ¿Pero tenés algún referente o encontraste un estilo propio?
-La única razón que encuentro es lo que siempre intento: que es decir todo lo que todos quieren escuchar, pero nadie se anima a decirlo de frente y gracioso. Esto es un bien enorme para la sociedad: los hago reír, pero no tener razón. Nadie tiene razón. Porque los humoristas que siempre tienen razón en lo que dicen te agotan. Y los que te cuentan sólo chistes de una vieja que tiene el cu... caído, también.
-¿Qué sensaciones te ha despertado la gira por el país?
-Las mejores, que sean felices y que lo pasen bien. Por lo general me sigue siempre la gente loca de cada ciudad. Espero poder vernos la cara si la luz no se corta, jajaja.
-Como comunicador, ¿cuánto te afecta la polarización entre medios corporativos y medios afines al Gobierno?
-No me afecta. Se habla de la tele como si te ocupara todo el día. El tema no es mirar tele de la mañana a la noche. Lo horrible es creer todo lo que se dice alrededor de ella. Creo que ver muchos programas de chimentos, especialmente de chimentos sin sentido que en verdad no te importan, es una forma sana de pasar el tiempo porque no pensás en nada mientras te cuentan la nueva pelea de Andrea Rincón. Ahora, si los chimentos son entre Lanata y Fariña, entonces la cosa se pone interesante y vamos a la heladera a por más comida para tirarnos en la cama a verlos.
-En el mismo sentido, ¿te molesta que te pidan posicionarte como K o anti-K?
-Soy un lord. El amo y señor de esta Patria, pero sinceramente les digo algo: no tengo tiempo de ser presidente. Pero sé que podría y sería la reencarnación de Perón y no dudo de que por lo menos 19 provincias me amarían.
-Como parte del movimiento de rock, ¿cómo observás el escenario argentino actual? ¿Ves luz al final del túnel?
-Hay buenas cosas en el cancionero nacional. Nada más. Son canciones, pero no hay actitud ni intenciones. Suben al escenario a tocar la cancioncita. Antes, Sumo subía a un escenario y temblaba la gente en la tribuna… ¡Pero de miedo! (risas).
-Por último, ¿tenés planeado volver a escribir?
-"Ahora, en cinco minutos, dame y te escribo un cuento para chicos", le dije a mi esposa y lo hice y lloró. Y es así nomás. No tengo tiempo de corregir ni de pensar demasiado. Tampoco soy tan inteligente. Sólo me sé manejar en sociedad para no sucumbir.
Entradas desde $130.
J. R. S.