“Libros como puentes” es el lema de la 39º Feria Internacional del Libro de Buenos Aires. Frase cargada de significado que explicita una idea elemental: la de valorar la lectura en tanto medio para estrechar las relaciones culturales y, por ende, humanas. La premisa busca hacerse eco y atraer voluntades en esta edición 2013, que se llevará a cabo del 25 del corriente al 13 de mayo en el Predio Ferial La Rural de Capital Federal.
Para ello, pone toda la carne al asador: más de 45 mil metros cuadrados de exposición, casi 1.500 expositores provenientes de 19 provincias argentinas y 40 países del mundo y unas 1.500 propuestas culturales, entre las que se incluyen charlas, cursos, presentaciones, encuentros de narración y poesía, firmas de ejemplares y conferencias. Impresionante oferta de espacios y actividades que estarán dirigidos no sólo a lectores asiduos, sino también a quienes quieran sumergirse dentro de este apasionante universo de las letras.
Múltiples propuestas culturales
Lo abundante de la propuesta requiere distribuir los ámbitos. Así, la feria presenta diferentes espacios, como el del Lector, el Digital (con lo último en el terreno de los libros electrónicos), el de Revistas Culturales y el stand de la Feria del Libro Infantil y Juvenil con repertorio especialmente dirigido a niños y adolescentes. Se suman a la lista la Zona de Poesía, el Espacio de Provincias y el stand de las Academias, del cual participan las academias nacionales de Letras, de Historia, de Bellas Artes, de Ciencias Naturales y de Periodismo, entre muchas otras. Areas fijas también serán las Exposiciones, con homenajes a Roberto Fontanarrosa, a la Caricatura Francesa del Siglo XIX y a Amsterdam, ciudad invitada de honor del evento.
Continuando con el desglose, aparecen las llamadas “Propuestas Culturales”. Se trata de una variedad de actividades dirigidas al lector común y donde destacan las charlas y las firmas de libros a cargo de reconocidos escritores de nuestro país y del mundo hispano. También lo hacen otros coloquios con nombre, apellido y fecha, como la “Maratón de la Lectura” (28 de abril), el “Dialogo de Escritores Latinoamericanos” (del 2 al 6 de mayo), el “Encuentro Internacional de Narración Oral” (del 3 al 5 de mayo), el “Festival Internacional de Poesía” (del 3 al 8 de mayo) y la “Jornada de Microficción” (9 de mayo).
Asimismo, reclaman atención los ciclos “La Lengua: Herencia, Pertenencia e Identidad”, “Escuela de Espectadores” (donde se analiza lo mejor del teatro argentino) y las llamadas “Zonas”: “Explora” y “Futuro”. La primera es un espacio de divulgación científica y a la segunda la presentan oficialmente como “Un radar de nuevos escritores y estéticas”.
Además, la Feria propone una serie de cursos a cargo de especialistas en literatura, donde sobresalen temáticas como “Los 50 años de Rayuela” o “Relecturas del Quijote”.
Calzando un traje bastante diferente, “La Noche de la ciudad” (27 de abril) se presenta con shows, juegos, sorteos, narraciones y espectáculos al aire libre. Ambiente festivo y desenlace en horas de la madrugada.
Finalmente, cabe subrayar las “Actividades educativas”, que se estarán desarrollando en el mismo Predio Ferial. Entre ellas figuran las “23º Jornadas Internacionales de Educación” (23 a 25 de abril), el “1º Encuentro de Educación en la Diversidad” (26 de abril), el “9º Espacio para la Educación Inicial” (27 de abril), el “14º Foro Internacional de Enseñanza de Ciencias y Tecnologías” (29 y 30 de abril), la “2º Jornada para la Enseñanza de las Ciencias Sociales” (6 de mayo), el “12º Encuentro de Comunicación y Educación” (7 y 8 de mayo) y el “16º Congreso Internacional de Promoción de la Lectura y el Libro”.
Una agenda bien cargada, para seguir aprovechando las infinitas virtudes del libro, trazando puentes.
Ruta alternativa - La honestidad ante todo
Escribe:
El Peregrino Impertinente
“Brasileños y argentinos, los viajeros más honestos de Latinoamérica”, dice la noticia, y uno no sabe si creer, reventar o demandar al autor del artículo por impresentable.
La nota en cuestión basa sus conclusiones en una encuesta realizada por la página web Hoteles.com, que le preguntó a sus usuarios si alguna vez habían robado algo de los hoteles donde se han alojado. Comprometidos en cuerpo y alma con semejante despropósito científico, los “investigadores” diferencian el universo analizado en 29 nacionalidades distintas.
Así las cosas, los resultados indican que el 81% de los brasileños jamás sustrajo nada de las habitaciones (1º lugar en Latinoamérica, cuarto en el mundo), cifra que apenas desciende hasta el 77% tratándose de argentinos (11º puesto a nivel mundial). México se ubica en el penúltimo escalón en términos globales, con casi la mitad de los turistas encuestados admitiendo algún tipo de robo. “Nosotros no tenemos nada que ver, güey”, salieron a defenderse el “Chómpiras” y el “Botija”.
Otros países que destacan en este peculiar, y dudosamente bueno para algo, ranking son Dinamarca (88%), Holanda (85%) y Noruega (84%), los tres primeros de la lista. Entre las “cosas más comúnmente tomadas”, siempre según hostels.com, los pocos daneses y holandeses de manos rápidas destacan por su afición a las revistas y los libros. Los noruegos, por su parte, se ven más tentados por la ropa de cama y las toallas. Un comportamiento típico de los incivilizados habitantes del país nórdico, que si no están cazando ballenas, están afanando sábanas.
Ya sumergidos de lleno en esta escasamente sensata investigación, también cabe subrayar el papel que juegan los chinos, señalados en el puesto 23º de la honestidad viajera (66%). Los asiáticos se inclinarían más a tomar prestados lámparas, relojes y hasta obras de arte. No se andan con chiquitas los tipos. Cómo no querés que dominen el mundo después.