Si de posesión de pelota y ocupación de espacios solamente se tratara el fútbol, Argentino debería haberse quedado con los tres puntos. Pero el empate 0 a 0 con Sportivo Playosa en su cancha el viernes por la noche, en la apertura de la 7ma. fecha del Torneo Apertura, fue la ratificación del fútbol como un todo. Argentino fue dueño de la pelota y jugó, casi siempre, en campo rival, pero careció de sorpresa y la suficiente movilidad para encontrar espacios. Sportivo se defendió de manera excelente durante la totalidad del encuentro y corrió el contragolpe esporádicamente, bastándole para haber tenido, también, la posibilidad de quedarse con los tres puntos.
De todas formas, durante los primeros 45 minutos los arcos tan sólo fueron parte de la escenografía, porque ninguno logró, al menos, un remate o llegada interesante.
Los dirigidos por Christian Romero mostraron una excesiva dependencia de lo que pudiera generar Claudio Díaz en campo rival, quien tuvo como sugestivo socio al habilidoso Gonzalo Ñáñez. De todas formas, el crucigrama que significó el dispositivo defensivo de la visita absorbió cualquier intento de gol. Los de Playosa, con el objetivo de lograr una rápida transición de defensa a ataque para pasmar al Lobo, pelotearon demasiado, siempre buscando al agraciado Lucas Sacheto, de gran tarea para bajar y aguantar los envíos, pero demasiado aislado por sus compañeros.
El complemento alojó las dos chances por bando para modificar el marcador. Los primeros 10 minutos del segundo tiempo se jugaron en campo de Playosa. Argentino apretó llamativamente a su rival contra su área, igual que lo haría en pasajes posteriores, para desembocar en el primer intento claro de convertir: a los 15', Gastón Negro cazó un rebote en la puerta del área grande y, de volea, sacó un violento remate que sirvió para que el arquero Fabricio Gareto sacara a relucir sus reflejos.
El libreto futbolístico fue similar al de los primeros 45'. Pasada la media hora de la segunda parte, Romero sacó un defensor (Braun) y mandó a la cancha a otro jugador con capacidad para desequilibrar con la pelota en los pies (Facundo Ñáñez) para sumarlo al medio campo ofensivo, pero la respuesta de Playosa fue contundente: Aimar conectó un cabezazo que se fue por centímetros arriba del travesaño.
Los arqueros terminaron por sellar el cero en el marcador. Primero Gareto, cuando a los 40 le sacó de manera espectacular un cabezazo a Danna que se colaba en el ángulo inferior izquierdo; y en el tiempo adicionado Emiliano Rodriguez llegó puntual al encuentro con Cerveti para taparle el mano a mano que podría haber definido la historia. El 0 a 0 fue el resultado más acorde para un encuentro entre dos equipos que, cada uno a su manera, logró hacer un buen trabajo.