Mientras que el locutor sugería “a los mayores que dejen butacas a los niños, que son los privilegiados en este día”, se habían reservado varias filas de adelante del auditorio para las autoridades que las ocuparon sin registrar la cantidad de chicos y padres sin silla. Accastello fue uno de los pocos que invitó a la gente a ubicarse en los lugares disponibles de la sala.