Escribe: Juan Pablo Morre
En el domingo que cerró la primera rueda, River Plate cambió las penas de las fechas anteriores por una tremenda alegría en el “Pozo” al vencer por 2-1 a San Lorenzo de Las Perdices, que mostró su bronca por los puntos perdidos y alargó a cuatro partidos su mala racha sin triunfos (tres derrotas y un empate).
No era para menos la felicidad de los pibes “millonarios” porque tuvieron al fin razones para festejar ya que sumó su primera victoria y tras revertir un marcador adverso, aspecto dificultoso si los hay en el fútbol actual.
Con estandartes individuales (Terrestre, Sánchez y Arce), sumado a entereza anímica y esfuerzo colectivo, fueron los atributos que mostró el local para disminuir a un rival que le costó mucho tomar el control del partido y sostuvo una mediocre actuación.
El partido, en tanto, tuvo un punto de inflexión que resultó determinante para el resultado final. Es que llegando al primer cuarto de hora del complemento y si bien su producción le permitía tener ciertas aspiraciones al empate, el local encontró en una supuesta agresión (no se pudo visualizar desde el sector de los bancos) a Sánchez el envión anímico necesario para no caer en el desorden de siempre y acrecentó su juego, acompañado además por la clave conquista de Terrestre.
Desde allí se vio lo mejor de River mientras que el “Santo” cometió errores puntuales que no le permitieron sintonizarse otra vez en el partido y prácticamente se le hizo muy cuesta arriba aspirar a la igualdad.
Previo a ello, salvo en algunos jugadas esporádicas, el primer tiempo quedó marcado por las imprecisiones en los metros finales, lo que hizo un juego opaco y de poco interés.
Por lo tanto, pese a que sendos elencos buscaron ser criteriosos para mover la pelota, el dominio fue alternativo y se repitieron las malas decisiones al momento de hilvanar un ataque. Igualmente, el local encontró en el desnivel de Arce o Rodríguez y el buen tándem por derecha entre Barengo y Moreno, los caminos para llegar sobre Pereyra, quien igualmente no tuvo acción.
El “Santo”, en tanto, pese a sus intentos de llegar con pelota en movimiento, terminó siendo en la primera media hora más peligroso en los envíos aéreos, a punto tal que Nicolás Acevedo tuvo su gran chance sobre los 20 minutos, aunque un defensor salvó sobre la línea de arco. Como respuesta, el anfitrión desaprovechó una gran chance porque Rodríguez buscó el “lujo” al momento de definir un pase atrás de Arce.
Ya en el último cuarto de hora, la visita apretó más arriba, provocó errores en la joven defensa del local y tuvo sus chances, ambas en los pies de Lucas Tóffolo, quien no pudo concretar.
En el complemento, los dirigidos por José Villegas fueron ganando terreno porque mostraron otra determinación y el crecimiento individual de Andrés Agosto en la zona media. Entonces, a los 10m, lograron abrir el marcador. Nicolás Acevedo llegó por el segundo palo tras un tiro libre-centro y, en el área chica, Gómez a puro reflejo salvó en dos instancias su arco, pero finalmente apareció Marcos Acevedo para decretar el 1-0, pese a las quejas del local (se pidió una mano).
Enseguida, en la otra área y tras un centro que parecía quedar en la intrascendencia, Sánchez quedó tirado en el piso, por lo que el árbitro Demarchi detuvo el cotejo y el volante se levantó acusando un golpe de “Máster” Acevedo (minutos antes había recibido una falta muy dura del mediocampista “millonario”).
Después de algunos minutos, el referí -tras dialogar con el línea- decidió sólo hablar con los jugadores en cuestión, aunque esa situación le generó a River un impulso anímico y San Lorenzo mostró fallas que le costaron muy caras.
En primera instancia, los dirigidos por Bengoa llegaron al empate con un perfecto cabezazo de Terrestre y, minutos después, logró el 2-1 con el gol de penal (tras un grosero error de Nicolás Acevedo al impactar sobre la cara de Arce en una jugada controlada) marcado por Jorge Rodríguez.
En los minutos restantes, River cuidó la ventaja mientras el elenco perdiceño buscó por todos los medios arribar el empate, aunque fallando consecutivamente en la definición en las pocas que tuvo. Por lo tanto, llegó el final del partido para la felicidad de todo River y el reflejo de enojo de la visita por la derrota y porque mostró una merma en el rendimiento que lo aparto de la Zona de Clasificación.
La figura
Guillermo Arce, cuando optó por jugar y desequilibrar, fue un problema para la defensa rival. Generó bastante en el primer tiempo y provocó la acción que terminó en el penal que le permitió el triunfo a su equipo. Además, sobresalió la labor de Mayco Sánchez en la zona media y la solvencia de Martín Terrestre en defensa (además, marcó el 1 a 1). En la visita, lo mejor fue Andrés Agosto.
El árbitro
Gabriel Demarchi, después de un primer tiempo óptimo, mostró cierto titubeo en la jugada que Sánchez cayó dentro del área y le hizo resignar cierto control del partido, aunque en el plano general mostró muchos aciertos en los fallos y en el manejo de las tarjetas. Correcto en la acción que derivó en el penal y expulsión, a la vez que podría haber juzgado con la roja la fuerte infracción de Sánchez a Acevedo.