Sonriente, con la sensibilidad a flor de piel, feliz. Así se lo vio el pasado viernes al ex concejal Miguel “Querido” Sponer (foto).
Tenía sus razones para estar radiante. Es que no siempre se cumplen años y en torno a la mesa, para soplar las velitas, se reúnen los pesos pesados del accastellismo.
El dirigente festejó un nuevo aniversario de su nacimiento en el quincho del Sport el pasado viernes con invitados de primera plana. Uno a uno fueron llegando al club de la costanera el jefe de Gabinete, José Carignano; el presidente del Concejo Deliberante, José Escamilla; el titular del Tribunal de Cuentas, Carlos De Falco; y el jefe del bloque peronista, Rafael Sachetto.
“Hay equipo”, pensó un espectador asombrado por los concurrentes. No fue el banquete de los diálogos de Platón pero... fue una cena con alta dosis de filosofía política. El abogado Pilar Monesterolo, el empresario Carlos Pizzorno, el legislador provincial Héctor Muñoz, el sindicalista Luis “Seguro” Martínez y varios funcionarios compartieron el ritual de la buena mesa.
Una empanada por aquí, una costillita por allá y todos adorando el fogón. El jefe mayor Eduardo Accastello se perdió el menú, pero tomó el teléfono para cantarle el “Feliz cumple” al profesional que se caracteriza por tener “excelentes” relaciones con la gente y no entrar en internas.
La diputada nacional Nora Bedano también se tomó su tiempo para saludar a “Querido”.
Uno que otro lagrimón estuvo a punto de piantarse de los ojos del protagonista de la fiesta. En la red social, los mensajes inundaron su muro. Dicen que unos 500 amigos virtuales le hicieron llegar sus mejores augurios para el año que se agregó a su hoja de vida.
A la hora de los postres, la cosa se puso más interesante. La puerta de entrada fue cruzada nada más ni nada menos que por el funcionario nacional Martín Gill. Los dos se estrecharon en un abrazo y los que curioseaban con la ñata contra el vidrio se preguntaron por lo bajo: ¿Se están preparando para lo que viene?
Quizás, quizás, quizás.