Pertenecen a un reducido núcleo de intérpretes que obtuvieron el extraño privilegio de toparse con la fama, con solamente lograr ubicar un solo éxito a lo largo de su acotada trayectoria como compositores y cantantes que ocuparon la etapa psicodélica del pop del Reino Unido y de sus contemporáneos en América del norte. Su fama mundial comenzó a proyectarse cuando editaron el tema titulado "A whiter shade of pale" (Con su blanca palidez), considerada por los analistas musicales del género, como su melodía de culto. Este grupo, de colorida indumentaria, parecía desde lo estético, interpretar perfectamente cuál era la imagen que debía proyectar para estar a tono con la moda, la música y las costumbres de una inmensa generación y de una época en particular. Encabezados por Gary Brooker y Robin Trower, se presentaban en sus inicios como Los Paramounts, mientras intentaban posicionarse en el difícil mercado discográfico de la Gran Bretaña de principios de la década del 60. En realidad, esta formación como tal, tuvo una muy tibia aceptación por parte del público y también de los sellos grabadores, razón por la cual, al cabo de un efímero período, abandonaron el proyecto que sólo duró 3 años. A principios de 1967, Gary Brooker formó Procol Harum y completó la banda con Keith Reid (un talentoso poeta), Mattew Fisher (organista), Ray Royer (guitarrista) y David Knights (bajista).La canción "estrella" del quinteto "A whiter shade of pale" fue lanzada al mercado de discos el 12 de mayo de 1967, un mes después de que Brooker logró armar el conjunto. Con su sonido atrapante y nostalgioso, sumado a ello lo singular y poético de su letra y del misterio del mensaje que ella entreveía, el tema en cuestión obtuvo un éxito rotundo y comenzó a sonar por todo el mundo, en emisoras de radio y en los principales boliches bailables. Por cierto, los DJ estaban fascinados con el efecto que este tema producía en la juventud, y en consecuencia era para ellos, un excelente caballito de batalla para abrir la sección de los lentos en las pistas de baile. Esta canción alcanzó el número 1 en las listas de popularidad del Reino Unido y el 5to. puesto en las americanas, consumándose el objetivo principal que se habían fijado los músicos de la banda, lograr perpetuarse en el tiempo con una creación que se convirtió en el emblema de una década musical sin precedentes.
Una década divertida
En términos de variedad y alcance de los proyectos musicales, la década del 70 fue de todo, menos aburrida. Fueron 10 años de expansión hacia ambas partes del Atlántico, tanto en lo inherente al aspecto creativo de los músicos, como también por el éxito de la propia industria discográfica. Las ventas de discos, tanto de álbumes como de sencillos, crecieron más allá de las más optimistas previsiones de los ejecutivos de las principales compañías grabadoras. Cada vez había más música disponible, más que nunca, nuevos y más frescos estilos, se plasmaban en el vinilo y se quedaban con las preferencias de una inmensa mayoría de melómanos que dejaban muy buenos dividendos a todos los involucrados en este codiciado y varias veces millonario mercado de los sonidos.
Atilio Ghezzi
Especial para EL DIARIO