El sábado pasado, el histriónico animador Roberto Pettinato arribó al Teatro Verdi para montar su unipersonal de stand up "Me quiero portar bien". Ante poco más de la mitad de sala ocupada, el ex integrante de Sumo y flamante conductor de "CQC", apeló en todo momento al desparpajo visceral y al humor irónico como guiños cómplices para con una platea que lo conociera en esa faceta delirante -con menos voltaje, obviamente- como conductor de diferentes ciclos televisivos. Aunque no todas sus historias y gags fueron efectivas, y a veces pecaba de una visión "porteño-centrista" de la realidad o del estado drogón y decadente de un rockero, Pettinato se valió de su cierta fama ganada e impunidad indeleble para disparar munición gruesa contra la presidenta, el Papa, Mujica, Arjona, Montaner, Facundo Arana y Tinelli entre otros. A la par de anécdotas personales y familiares, "Petti" rozó el fino borde entre la xenofobia y la ironía al hablar despectivamente de bolivianos y chinos.
Camisa rota. Al final, el artista -quien además interpretó su instrumento predilecto, el saxo- se bajó del escenario para cortar la camisa a cuadritos de un supuesto asistente, dado que representaba el "mal" impuesto por Guido Kazka. Desde el teatro aclararon a este medio que se trataba de un "sketch arreglado", aunque el público se retiró sin enterarse del ardid.
J.R.S.