El concejal de “Acción para Crecer” Ricardo Pereyra (foto), solicitó a través de un proyecto de Resolución la puesta en valor del Parque Pereira y Domínguez.
La iniciativa, presentada al cuerpo legislativo los primeros días de abril, podría bajar al recinto esta semana, según consideró el edil en diálogo con la periodista de EL DIARIO en horas de la tarde de ayer.
Pereyra promueve la intervención del Ejecutivo con el objetivo de que refaccione y modernice el lugar, ubicado entre España y Larrabure.
“Este proyecto apunta no sólo a lo estético a través de las refacciones de sus instalaciones, sino a tener un lugar adecuado para la recreación familiar, renovando los espacios verdes, mejorando las distintas zonas, cambiando el mobiliario urbano, dotándolo de una infraestructura acorde y especificando las distintas áreas del Parque”, comentó Pereyra.
El concejal tiene armada una carpeta completa con toda la información sobre el inmueble que fue parte del sistema ferroviario y adquirido por el municipio en el año 1982.
Sobre los cambios en el lugar, Pereyra tiene muchas ideas, entre ellas colocar juegos especiales para niños con discapacidad, establecer un circuito aeróbico y lugares adecuados para otras disciplinas deportivas.
“Es fundamental que este pulmón verde, tan importante por sus características y por el lugar donde se encuentra ubicado, sea delimitado en toda su extensión, con un muro perimetral de una altura acorde que no permita el paso ni el ingreso de ningún tipo de vehículos, sólo bicicletas y peatones”, afirmó el edil.
Entre las propuestas que el concejal de “Acción para Crecer” dejó en la charla con nuestro matutino, está la posibilidad de generar emprendimientos culturales o gastronómicos en vagones de trenes para que el espíritu del ferrocarril siga vigente en la memoria de la comunidad.
“Este patrimonio tiene un alto valor monetario, terreno, vegetación, equipamiento, edificios, valor estético y significado social, a lo que se le debe agregar que es un recurso de lenta renovación, pues cuando se muere un árbol para remplazarlo se deben esperar 50 años para que crezca de nuevo cuando no 100. Por lo tanto debemos contribuir con nuestras acciones a acrecentar la hoy insuficiente superficie verde que nos queda”, concluyó Pereyra.