Ni­co­lás Al­ta­mi­ra­no tie­ne 20 años y es uno de los ha­bi­tan­tes de ba­rrio Golf. Vi­ve en ca­lles Fag­na­no y Na­huel Hua­pi jun­to a su pa­pá Car­los, la pa­re­ja de él, Li­lia­na y su her­ma­na Ta­ma­ra.

Ha­ce más de tres años es­tá en es­te sec­tor, que le agra­da mu­cho.

“Cuan­do vi­ne ha­bían mu­chas ca­sas pe­ro luego con el tiem­po cre­ció aún más, sobre todo la cons­truc­ción en los ba­rrios de al­re­de­dor, por ejem­plo el Jar­dín del Golf”, de­ta­lló.

Con­tó, en­tre los ras­gos po­si­ti­vos, que se co­lo­ca­ron no­men­cla­do­res, al­go que va­lo­ra por­que per­mi­te a la gen­te que no es del lu­gar ubi­car­se. 

Lo me­jor, pa­ra él, es la paz que se res­pi­ra en la ba­rria­da. Y lo ne­ga­ti­vo es el no te­ner gas. “Es in­com­pren­si­ble que no ten­ga­mos gas sien­do un ba­rrio tan vie­jo, que se fun­dó a tra­vés de un club que es­tá ha­ce mu­cho tiem­po. Fal­ta el ser­vi­cio más im­por­tan­te, aún más que el pa­vi­men­to, por­que el frío gol­pea mu­chí­si­mo en in­vier­no”, eva­luó al re­ci­bir a EL DIA­RIO en su re­si­den­cia.

Al­ta­mi­ra­no lle­ga de pa­sear a su pe­rra por las ca­lles del sec­tor. Hay mu­chos ca­nes aquí, la ma­yo­ría tie­ne uno que en va­rios ca­sos sir­ven de guar­dia­nes. 

“A mí me gus­ta vi­vir acá. Y más allá de la le­ja­nía, a una cua­dra to­mo un co­lec­ti­vo que me de­ja en el Cen­tro de Trans­fe­ren­cia de Vi­lla Ma­ría. Me­jor, im­po­si­ble”, re­ve­ló.

Co­mo Lu­cia­na Es­cu­de­ro, otra de las en­tre­vis­ta­das (ver pá­gi­na 14) es crí­ti­co ha­cia el mu­ni­ci­pio. “Sien­to que en Vi­lla Nue­va no hay con­trol de na­da. A na­die le im­por­ta na­da. En ba­rrio Jar­dín del Golf ha­bía un po­zo, hi­cie­ron una mon­ta­ña de tie­rra, se inun­dó y tor­nó a esa ca­lle in­tran­si­ta­ble. Ha­cen las co­sas mal”, se que­jó. Del in­ten­den­te no opi­nó, “por­que no sé de po­lí­ti­ca”.

Sos­tu­vo que los tri­bu­tos que se pa­gan son al­tos en com­pa­ra­ción a los ser­vi­cios que brin­da la co­mu­na. Con­tó que un pa­rien­te que vi­ve en otro ba­rrio de la ciu­dad “su­fre inun­da­cio­nes y to­dos los ve­ci­nos tie­nen que po­ner pi­la­res y ma­de­ras pa­ra que el agua no les in­gre­se a sus ho­ga­res”. “Es la­men­ta­ble, más te­nien­do en cuen­ta lo que se pa­ga de tri­bu­tos”, aña­dió.

Ni­co­lás, quien cur­só el Ni­vel Me­dio en el IPEM Do­min­go Faustino Sarmiento hoy hace un curso en la Universidad Tecnológica Nacional, de “refrigeración y aire acondicionado”. Y además se fogonea en el mundo de la fotografía.