Fue condenado a tres años de prisión en suspenso el cartonero Ernesto Angel Díaz al quedar probado que fue autor de “lesiones graves” en perjuicio del ciruja Osvaldo Ramón Ponce, quien, tras haberse escapado del Hospital Regional Pasteur, murió tres días después.
En sus últimas palabras, antes de escuchar la sentencia, Díaz pidió disculpas a los familiares de Ponce por lo sucedido.
La culpa de Díaz
La sentencia se conoció pasado el mediodía de la víspera en la sala de audiencia de la Cámara del Crimen, situada en el quinto piso del edificio de Tribunales, luego que el juez René Gandarillas, como lo determina el artículo 389 del Código de Procedimiento, corrió vista al fiscal Francisco Márquez toda vez que el Tribunal estimó verificado “diverso” (hecho diferente) el episodio que se investigaba.
A renglón seguido el fiscal de Cámara expresó estar de acuerdo que, durante la audiencia, lo que quedó fue que Díaz resultó ser el autor de las lesiones graves que sufrió Ponce (ambos pelearon durante la noche del 21 de octubre de 2008), pero no de su posterior muerte, ocurrida poco después del mediodía del 24 de octubre de 2008, la cual se produjo “como consecuencia de (una) peritonitis aguda debido a (la) perforación de víscera a causa de traumatismo cerrado de abdomen de varios días de evolución sin tratamiento médico adecuado”.
Por consiguiente, el tribunal halló culpable al cartonero Díaz por ser autor de un hecho diferente (lesiones graves) al que se la había imputado en la instrucción de la causa y que lo llevó a sentarse en el banquillo de los acusados desde el lunes pasado (homicidio preterintencional), por lo que se le aplicó la pena de tres años de prisión en suspenso.
Aquella noche del 21 de octubre de 2008 la pareja de Díaz, María Vargas, sorprendió a Ponce cuando estaba apoderándose “de unos caños de plástico… de seis metros de largo por 100 milímetros de diámetro”.
Ante el grito de la mujer, Díaz salió de su domicilio, situado en ruta nacional 158 esquina Intendente Poretti, y se dirigió hacia donde estaba Ponce, a quien le aplicó “un cachetazo en el ojo derecho” y lo tiró al suelo, instante en el que le dio “siete u ocho puntapiés en distintas partes del cuerpo”.
Por estos golpes, el ciruja resultó con “traumatismo contuso con escoriaciones y hematomas ocular derecho, escoriaciones lineales paralelas entre sí en la zona de los huesos propios de la nariz, escoriaciones lineales en la región del pómulo derecho y perforación de la víscera hueca (intestino grueso)”.
Sin culpa
Según expuso el fiscal durante la audiencia, fundado en las declaraciones del médico forense, las lesiones constatadas y antes mencionadas “hubiesen demandado más de 30 días de curación e inhabilitación para el trabajo por más de un mes”, al tiempo que aseguró que, de haber recibido atención médica adecuada, era altamente probable que Ponce se hubiese curado.
Pero la pertinente atención médica, si bien se inició casi un día después de la golpiza en el Hospital Pasteur, no tuvo continuidad porque el hombre lesionado escapó del nosocomio en el preciso instante que la médica que lo atendió se ausentó para solicitar que le hicieran los exámenes bioquímicos y radiografías antes de ser ingresado a la sala de cirugías.
Por lo consiguiente, el Tribunal entendió que todo lo que sobrevino después de la golpiza, incluso la muerte de Ponce, no puede ser adjudicado al cartonero Díaz, toda vez que aquél abandonó el nosocomio sin el alta médica e, incluso, “intentó continuar su vida normal”, al punto que el 23 de octubre de 2008 (dos días después de la pelea y un día antes del deceso) almorzó junto a un amigo en la vivienda de un conocido, situada en Intendente Correa y Marcos Juárez, “oportunidad en la que, tras ingerir aproximadamente un litro de vino, se retiró a su domicilio”.
“El jueves 24 -apuntó el fiscal Márquez- sin haberse hecho atender por ningún médico desde que dos días antes se había escapado del Hospital, aproximadamente a los 12 y en un campito”, situado en frente de la vivienda donde el día anterior había almorzado, cayó al suelo y, pese a ser ayudado por sus amigos, falleció como consecuencia la peritonitis aguda debido a perforación de víscera.