Enviado especial de
EL DIARIO
Diez minutos antes de las 17 comenzó a lloviznar en el oeste de la ciudad de Buenos Aires y desde casi una hora antes ya la gente empezó a acercarse al Estadio José Amalfitani de Vélez Sarsfield.
Como todo espectáculo al aire libre, se vio complicado por la lluvia, que desde varios días antes anunciaban los meteorólogos.
Llegando al estadio ya se veía a los vendedores de capas para lluvia, que hicieron un gran negocio, más allá del espectáculo.
Las tribunas se fueron poblando lentamente, a menor ritmo que el ring side. Los pocos que se apuraron a ocupar un lugar en el ring side lo hicieron con paraguas o capas.
El piso de la cancha fue cubierto por una carpeta plástica, similar a las que se utilizan en este estadio en los recitales. Sobre el ring, en tanto, se colocó un techo para asegurar el espectáculo.
Hubo comentarios que los organizadores habían contratado un dispositivo para conocer cómo estaría el estadio con respecto al clima, aunque la lluvia se adelantó varias horas más de lo deseado.
Periodistas de Estados Unidos, España y de todo el país poblaron el palco de prensa de Vélez, todos con la misma incógnita: si se adelantaría la pelea principal.
A las 17.40 anunció el conductor Horacio Cabak que la lluvia pararía en un rato, pero la lluvia siguió un largo tiempo más.
Cuatro pantallas gigantes se ubicaron en cada costado del ring, mientras que otras dos se colocaron en las cabeceras de la cancha.
Luego subió Mariano Iúdica, con una arenga que nada tiene que ver con los espectáculos boxísticos, buscando apaciguar la espera entre una y otra pelea. Quedó en evidencia que el mediático no era del “palo” y que esto no era como conducir un programa de escándalos mediáticos en la siesta de la televisión. Uno de los grotescos del “conductor” fue resaltar la nacionalidad del oponente de “Maravilla”.
Y la gente reaccionó enseguida cantando “el que no salta es un inglés”. Eso estuvo de más. Exagerada exaltación de nacionalismo barato.
El programa anunciado se vio alterado por causa del mal tiempo y casi todas las peleas de “relleno” modificaron su extensión.
Incluso algunas anunciadas previamente por algún título fueron acortadas para que todas pudieran ingresar en el programa, por lo que no hubo títulos en juego. Lo mismo sucedió con el orden anunciado.
Cerca de las 18.30 ya era un hecho. La pelea de Martínez-Murray se adelantaría. La cadena HBO había contratado las dos últimas peleas y su transmisión comenzaba a las 21. Por ese motivo se adelantó el semifondo, que por esa cadena se transmitió en diferido, luego de finalizado el combate entre Martínez-Murray
A falta de dos horas para el inicio de la pelea de “Maravilla” el estadio tenía un 80% de ocupación y para el inicio del combate más esperado eran cerca de 32 mil almas las que colmaban los cuatro costados del estadio.
La lluvia no le quitó brillo a la gran noche, pero sin dudas complicó demasiado un gran espectáculo, que seguramente quedará en la retina de muchos por su trascendencia y nivel.