Eufórico y al mismo tiempo medido al enfrentarse a la prensa, el entrenador de Alumni Héctor Arzubialde declaró tras la victoria que “lo de la otra vez fue simplemente una mala mañana, las cosas no nos salieron y esta vez los jugadores pudieron revertir esa imagen y nos vamos con la felicidad de haber pasado esta instancia, pero sabiendo que todavía quedan 90 minutos tan o más duros que éstos”.
“Es una alegría inmensa”, dijo el técnico y agregó que “me pongo también en el lugar de Racing y debe ser un momento muy difícil para una institución tan grande. Pero el fútbol es esto y así lo hablé con los jugadores, que en el fútbol no gana la historia o la camiseta, simplemente gana el que hace mejor las cosas dentro del campo de juego”.
“Todos los equipos que dirijo pueden tener falencias, pero no van a fallar en el hecho de dejar absolutamente todo y el equipo dejó todo”, añadió.
Después enfatizó que “el sufrimiento valió la pena. Hemos ganado y por lo menos vamos a disfrutarlo una hora, después ya empezaremos a pensar en el partido que viene”.
“La verdad es que fue una final. Estar peleando el descenso entre dos equipos de Córdoba es muy duro; pero con Alumni de Villa María hace siete años ascendimos ganándole a otro equipo de Córdoba, como Juniors y quizás el destino nos haya dado un guiño. Igualmente sabemos que nos quedan 90 minutos muy difíciles, todavía esta historia no ha terminado”, culminó.
El desahogo
Dentro de un manto de euforia y desahogo tremendos, todo Alumni se abrazó en el majestuoso Kempes para darle rienda a una felicidad notable, de desandar esas emociones que no tienen explicación, que sólo se sienten y se disfrutan, y mucho.
Atrás había quedado una “eternidad” de minutos que se transitaron con todas las emociones posibles, principalmente de mucha tensión, y entonces había que descargar todo, y así lo entendieron los jugadores, el cuerpo técnico, los hinchas presentes en la cancha y, seguramente, en diferentes rincones de muchos hogares de la ciudad.
Entre todos los protagonistas, el más buscado fue Jonathan Scalzo, el joven arquero villamariense que volvió a mostrar su esplendor cuando el “Fortinero” más lo necesitó: “Lo pudimos sacar adelante y estoy muy feliz. Si bien falta todavía, merecemos festejar esto porque es hermoso, pero hay que estar tranquilos porque queda una final más todavía”, fueron los primeras palabras de “Joni”, mientras dibujaba un abrazo invisible con su papá, ubicado en la tribuna.
“No hay nada que a nosotros nos pueda tumbar, quedó en claro que las cosas se definen adentro de una cancha y si bien no lo pudimos ganar en el trámite del partido, gracias a Dios y a la Virgen los penales nos favorecieron a nosotros”, remarcó el arquero a continuación.
Y justamente, sobre los penales, explicó que “me tenía fe, si bien en un momento pensé que se nos escapaba, pude atajarle el penal a Molina y cuando convirtió ‘Falucho’ dije ya está, es nuestro”.
“Lo quisimos ganar en los 90 minutos, pero no se dio porque sabíamos que iba a ser un partido muy difícil ya que se definía un descenso. Así que se tornó duro, ellos tuvieron sus chances, nosotros las nuestras y se nos terminó dando en los penales. Salió todo bien, le agradezco a la gente que nos acompañó y a mi viejo, que está ahí en la tribuna”, finalizó.
A su vez, Walter Cuevas, autor de la conquista que le brindó el triunfo a Alumni, destacó que “trabajamos toda la semana para esto, se nos dio y ahora vamos a jugar una final más”, mientras Alejo Gelatini resaltaba que el equipo “dejó todo. A pesar de que en los primeros minutos ellos podrían haber convertido, nosotros fuimos más en todo el partido; por ahí no teniendo tanto la pelota, pero sí más llegadas claras al arco”.
Además, visiblemente muy emocionado y con lágrimas, el uruguayo Ignacio Amarilla recalcó: “Gracias a Dios podemos tener este festejo, la verdad es que hay que tener el corazón muy fuerte para pasar por todo esto, pero el de arriba es justo y se nos dio”.
“Este grupo se lo merece porque hay mucha gente detrás de cada uno de nosotros que sufre tanto o más. Ahora hay que pensar en otra final más y estamos preparados para lo que venga”, añadió el defensor.
Orgullosos
A su vez, en zona de vestuario, el presidente del club Sergio Hidalgo remarcó a “los jugadores y al cuerpo técnico” porque “dieron todo y lo ganaron ellos adentro de la cancha, esa es la verdad”, a la vez que agregó “agradezco a toda la gente de Villa María, a los jugadores, al cuerpo técnico, a los hinchas, a los dirigentes, a todos. Regresamos con un triunfo y creo que tenemos que estar todos orgullosos de este equipo”.
Y, por último, “Pelé” Sánchez, ahora en su rol de directivo, sostuvo: “Sufrí demasiado, nunca he gritado en una cancha, pero hoy (por anoche) quedé afónico de tanto gritar desesperado por ver a Alumni ganar porque vi que éramos más y habíamos creado las más claras”.