El bebé que rechaza el pecho o que está inquieto mientras es amamantado, es algo más habitual de lo que puede parecer a primera vista, de hecho, casi todos los bebés presentan algún período de rechazo o inquietud durante la etapa de lactancia. En muchos casos esto suele ser motivo de destetes prematuros, no deseados ni por la madre ni por el niño.
Debemos saber que lo que para la madre es un rechazo, a veces no es tal, en algún momento, generalmente entre el segundo y tercer mes, muchos niños parecen rechazar el pecho, maman durante algunos minutos y luego no quieren más. La madre, acostumbrada a que la toma sea normalmente más larga, se asusta pensando que el bebé ya no quiere el pecho, pero en realidad lo que ocurre es que el bebé ya ha terminado, ha aprendido a mamar de forma rápida y eficaz, y lo que antes le costaba un buen rato, ahora lo consigue en menos tiempo y con menos esfuerzo.
En bebés mas grandes se puede tratar de un destete natural, aunque esto muy rara vez se produce antes del año y suele ocurrir de manera muy gradual.
Rechazo o irritabilidad
Rechazo total o parcial del pecho:
• Ante todo se deben identificar los sentimientos de la mamá, que en estos casos pueden ser de frustración, rechazo, incluso culpabilidad o incapacidad.
Puede estar muy alterada o deprimida. Su autoestima y su confianza en su capacidad para cuidar de su bebé pueden estar afectadas. Por lo Tanto hay que escucharla reconocer sus sentimientos y tratar de animarla haciéndole ver que ella no es culpable de la situación, que existe alguna razón para ese comportamiento y que hay formas de conseguir que vuelva a tomar el pecho y que en este momento su bebé la necesita más que nunca.
• La primera preocupación de la madre suele ser si el niño está recibiendo suficiente leche, para poder comprobarlo se deben vigilar varios factores:
Pañales: debe mojar de 5 a 6 pañales (desechables) al día y si es menor de 6 semanas debería hacer dos deposiciones como mínimo.
Aumento de peso: hay que tener en cuenta que si el bebé a estado durante un tiempo con lactancia artificial al hacer la transición a leche materna puede haber una ligera pérdida de peso (entre 30 a 60 gramos) pero debe estabilizarse y empezar a aumentar de nuevo en unos cinco días.
Deshidratación: conviene que la madre conozca los síntomas: pocos pañales, perdida de elasticidad de la piel, somnolencia, sequedad de boca y ojos.
El comportamiento del niño y su evolución también se debe tener en cuenta.
Pechos congestionados: la comodidad de la madre es otra cosa a tener en cuenta, si el bebé no mama o no lo hace bien, los pechos de la madre pueden congestionarse en pocas horas, se debe extraer leche para prevenir una mastitis, además puede darle al bebé esa leche en un vasito.
Confusión en el mensaje: el tiempo que va a durar ésta situación para poder ser revertida también es un factor importante, ya que la confusión que se generó en el bebé al cambiar el mensaje que se le está dando para que aprenda a tomar la teta, por dar teta y mamadera (tetina-pezón) puede llevar semanas de paciencia y esfuerzo. En estos casos es esencial el apoyo prácticamente a diario.
Rechazo de un solo pecho
Si el rechazo se produce desde el principio: averiguar causas médicas, congestión nasal, infección de oído, hernia, problema en la alineación de las vértebras del cuello, fractura de clavícula. También puede haber habido una "mala" postura en el útero y necesitar unos días para que los músculos del cuello se relajen.
En cualquier etapa de la lactancia: mastitis, infección de oído, diferencias en los pechos o en los pezones, volumen reducido en un pecho, en raras ocasiones tumor en el pecho rechazado.
Qué hacer: dependerá de la causa, en algunos casos se puede "engañar" al bebé para que tome de los dos pechos, por ejemplo: variando la postura. En otros, amamantar con un pecho y sacar la leche del otro. Si la situación es permanente se puede mantener la lactancia con un solo pecho, si el otro deja de producir leche. En este caso la madre tiene que saber que puede haber una diferencia de tamaño de sus pechos mientras dure la lactancia, pero después desaparecerá progresivamente, a algunas madres no les preocupa esto, pero para otras puede ser un problema.
Problemas y soluciones
Por enfermedad o dolor del bebé:
• Congestión o infección de oído: un bebé con la nariz tapada o con otitis puede tener problemas para mamar, por no poder respirar o por dolor. Qué hacer: para la congestión usar un vaporizador y dar el pecho con el bebé erguido. Para la otitis poner el tratamiento adecuado (lo hará su pediatra).
• Candidiasis: al bebé le duele la boca. Qué hacer: poner el tratamiento adecuado, sacar la leche y dársela al bebé. Afortunadamente el tratamiento suele ser muy eficaz y en poco tiempo el bebé y la madre dejan de sentir dolor.
• Lesiones durante el parto y otras lesiones físicas: un parto difícil o una postura rara del bebé en el útero las últimas semanas, puede tener consecuencias físicas que pueden hacer incómoda la postura de lactancia para el bebé. Un hematoma, la luxación de cadera, una fractura de clavícula, también si se ha vacunado o puesto una inyección, si el niño ha tenido una caída y se ha dado un golpe en la boca. Qué hacer: buscar posturas que resulten cómodas.
• Salida de dientes: las encías sensibles o dolorosas pueden hacer rechazar el pecho al bebé. Qué hacer: puede aliviar ofrecerle algo frío para mascar antes de la toma, en todo caso siempre es algo pasajero que mejorará en pocos días.
Centro Integral de Preparación para el Parto
Patricia Rodríguez de Vodanovic
Lic. en Educación Física, Kinesiología y Fisioterapia
MP 5215
rodriguezpatriciac
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