La técnica de modelación de glúteos mediante la utilización de grasa propia crece a pasos agigantados en el país. Esta técnica ofrece resultados más naturales que las prótesis, y tiene menor índice de complicaciones. Los objetivos según la edad. Las dudas frecuentes:
La gluteoplastia es una de las cirugías de mayor crecimiento en los últimos años en nuestros país. Si bien se encuentra aún lejos de la cirugía de implante mamario, la número uno sin discusiones, el crecimiento porcentual de este procedimiento ha sido notorio, y se acentúa con el paso del tiempo.
En este sentido debemos destacar que en los últimos tres a cuatros años hemos visto, en nuestra experiencia, cambios en la demanda en cuanto a la cirugía estética y no nos sorprende que, por ejemplo, la modelación de glúteos esté prácticamente a la par de la liposucción, si es que no la ha superado aún.
Años atrás, la cirugía plástica estrella era la rinoplastía (nariz). Luego ésta fue remplazada por el aumento mamario, y hoy podemos hablar de la existencia de un “boom” en la demanda de cirugías de modelación de glúteos.
Las causas del “boom”
Si nos ponemos a analizar las causas de este crecimiento tan notorio, podremos encontrar diversas hipótesis, como por ejemplo el culto cada vez mayor que se hace a la zona glútea desde los medios de comunicación. De hecho Argentina es un país en el que se le da mucha importancia a los glúteos en la imagen de la persona.
Pero además de este “estereotipo” de mujer ideal que se nos presenta, hay una disponibilidad cada vez mayor de información disponible para las pacientes, lo que hace que muchas de ellas vengan al consultorio sabiendo perfectamente qué técnicas hay disponibles y hasta conociendo casos exitosos de otras pacientes operadas.
Pese a la certeza de las causas anteriores, desde un punto de vista estrictamente médico entendemos que una de las principales razones de este “boom” está relacionado con los notorios avances que se ha logrado en las técnicas de intervención, lo que nos ha permitido lograr resultados cada vez más naturales que los que se lograban años atrás.
En este marco, la posibilidad de utilizar como relleno glúteo la propia grasa del paciente ha marcado un antes y un después en este sentido, y ha alejado los viejos prejuicios que se tenían en relación a la colocación de implantes externos, los cuales muchas veces eran cuestionados por sus resultados estéticos o simplemente por el temor que generaba la introducción de un cuerpo externo. La colocación de prótesis nunca fue una cirugía muy solicitada, por los tabúes en torno a colocar un cuerpo extraño en una zona importante.
Otro elemento fundamental es que en la actualidad los cirujanos en general ya no nos focalizamos sólo en la zona glútea, sino que vemos la cirugía con un enfoque global, trabajando también el contorno corporal mediante liposucción y otras técnicas disponibles. El resultado, entonces, ya no sólo es natural sino global, y las pacientes quedan más que satisfechas con el cambio que obtienen en su contorno corporal.
Entonces, a nivel glúteos en particular, ya no sólo pensamos en aportar volumen y proyección a la zona sino en darle una mejor forma. Consideramos la zona lumbar, la cadera, la zona del sacro y los muslos, y realizamos una intervención global con resultados muy superiores a los que podían aportar las antiguas técnicas.
El injerto de grasa: la técnica más buscada
Dentro de las técnicas disponibles para modelar los glúteos, la utilización de la propia grasa es la de más fuerte crecimiento, como decíamos anteriormente. En Estados Unidos, el doctor Mendieta -especialista en esta técnica- brindó una estadística propia según la cual hasta hace cinco años se usaba prótesis en el 90% de las cirugías de glúteos y un 10% de injerto de grasa; ahora es al revés. La prótesis queda como recurso para pacientes muy flacas en las que no hay zonas de donde extraer grasa.
Se ha demostrado que además de los resultados que permite obtener, la inyección de grasa tiene grandes beneficios, como el de poseer células madre. El procedimiento es cada vez menos invasivo y se trata de algo natural, algo propio.
Esta nueva técnica permite además realizar una lipopescultura en toda la zona periglutea, mejorando cintura, modelando muslos, achicando caderas. Optimiza estéticamente toda la zona. Es decir que con la inyección de grasa se logra dar volumen, proyección y mejorar la forma. Permite modelar y dar forma al glúteo en su totalidad y a toda la zona que lo rodea.
Por otra parte, no tiene todas las posibles complicaciones que pueden producir las prótesis externas, las cuales pueden desplazarse, encapsularse o abrirse las heridas.
También es importante destacar que dentro de lo que es este procedimiento de utilización de grasa (llamado lipotransferencia glútea), se han producido también importantes mejoras en la técnica. En sus comienzos una gran parte de la grasa que se inyectaba en la zona era reabsorbida, y los resultados podían alterarse, mientras que en la actualidad, al utilizarse lo que llamamos “inyección intramuscular”, este porcentaje se reduce marcadamente, siendo de apenas el 20% al 30% del total inyectado.
Cuando las pacientes se presentan en nuestro consultorio a consultar por la gluteoplastia, las afirmaciones que escuchamos actualmente son: “Se me achicaron”, “se me cayeron”, “disminuyó el tamaño”, “disminuyó la proyección”, “tengo la piel flácida”.
Lo que se le hace notar a las pacientes en ese momento es que a los fines de maximizar los resultados es importante considerar todo el contorno corporal. En este sentido, hay pacientes que con sólo una lipoescultura en la zona de la espalda y la cintura, donde tienen mucha grasa localizada, ya es suficiente para obtener mejoras en los glúteos.
Los objetivos, según la edad
Si analizamos el perfil de las pacientes, en general las mujeres que buscan una cirugía de glúteos son principalmente las que tienen entre 30 y 50 años.
Existen distintas causas por las que consultan, según la edad:
Las veinteañeras están más informadas acerca de la técnica gracias a Internet. Quieren volumen porque están influenciadas por la mujer mediática.
Las pacientes de más de 30 años apuntan a un resultado más general. No sólo están interesadas en aumentar el tamaño sino que quieren mejor forma de la zona glútea, que se vea más turgente, la piel más acomodada.
La cola “caída” puede devenir luego de un embarazo, por sedentarismo, por un cambio de peso importante. El glúteo se achica y “se cae” (se vuelve flácido) por una pérdida de elasticidad de los tejidos en general. Eso es lo que quieren revertir quienes han pasado por estas situaciones que han modificado su aspecto corporal.
Una de las dudas más comunes que traen las pacientes es si esa grasa que se inyecta se absorberá con el paso del tiempo. La respuesta es no. Una vez que esa grasa se incorpora al tejido, queda en forma definitiva (sólo se absorbe una mínima parte). Esto tiene que ver con que la misma es inyectada dentro del músculo, lo que le da buena vascularización.
Otra duda frecuente es si a causa de inyectarse grasa podrán desarrollar celulitis en la zona. La respuesta también es no. La inyección de grasa no se relaciona con la generación de celulitis; por el contrario, se reducirán las posibilidades de que esto ocurra.
La inyección que se aplica es intramuscular. Se trata de pequeñas cánulas que se introducen de manera suave, con mínimo daño a los tejidos. Posteriormente se modela el glúteo internamente. Si tras la cirugía esa mujer tonifica la zona mediante gimnasia y desarrolla más el músculo, los resultados incluso se irán optimizando.
Entre las desventajas de las prótesis frente a la inyección de grasa en glúteos, podemos mencionar las siguientes:
1-No permiten modelar el glúteo, sino que sólo le aporta volumen a la parte superior.
2-Las potenciales complicaciones son mayores: pueden romperse, se pueden desplazar, se pueden encapsular.
3-La paciente no podrá utilizar medicación inyectable en la zona de por vida.
4-La recuperación posquirúrgica es mucho más lenta.
5-La cirugía en sí es más costosa.
6-Como ocurre con cualquier prótesis, se supone que tienen un desgaste, por lo cual en 10 ó 15 años es recomendable cambiarlas.
Frente a estas desventajas, la inyección de grasa en los glúteos presenta numerosos beneficios:
1-Los resultados son muy naturales porque permite modelar de manera tridimensional todo el glúteo.
2-La recuperación es más rápida. Se puede volver a una actividad habitual tranquila en 72 horas. Con prótesis, en cambio, la paciente tiene que estar diez días durmiendo boca abajo, y no se puede apoyar ni sentar.
3-Esta técnica tiene bajo índice de complicaciones.
4-Se puede repetir e incluso se puede reinyectar más grasa si fuera necesario.
Dr. Roberto Martínez
Rinaldi MP 20.951
- ME 8.237
Especialista en Cirugía Plástica, Estética y Reconstructiva