Casi sin darme cuenta del paso del tiempo, cada vez que alguien me habla o yo mismo pienso en el San Martín Rugby Club, recuerdo al enorme “Gringo” Bonangelino. En cualquiera de sus formas: jugando dentro de la cancha, llegando primero al entrenamiento, sentado a una mesa jugando un truco, arriba del ómnibus junto al resto de los jugadores o cortando el pasto o plantando un árbol; con frío o con calor, con lluvia o con sol. Se te extraña, “Gringo” Rubén, pero no con tristeza, todo lo contrario. Sabés que aquí han quedado tus mejores creaciones, por lo tanto estás presente todo el tiempo en el Sanmar, ya que algunos de tus nietos juegan, la “Chichí” sigue viniendo todos los domingos a ver los partidos y a compartir junto a todos la alegría de verlos. Hoy se cumplen exactamente 10 desde que partiste de gira con los otros muchachos que te vieron debutar en el año 1946 y que te tuvieron de compañero hasta 1977, cuando dejaste de entrar a la cancha, aunque sin ganas de dejar, obvio.
Fuiste el gran capitán del San Martín durante tantos años que no tiene importancia saber cuántos fueron. En vos las estadísticas no encajan, pero debés haber tenido como mil compañeros en tu carrera y como 10 mil rivales, por lo menos. Y estoy seguro de que todos, compañeros y rivales, te recuerdan con admiración y cariño.
Como te digo más arriba, aquí Alba Olinda Nonis, la querida “Chichi”, Lucía, Patricia, Flavia, Cecilia, tus nueve nietos varones y tu nieta mujer (¡por fin una nena, “Gringo”, ja, ja, ja!), tus tres bisnietos nos indican que “los Bonangelinos” seguirán honrando tu hombría de bien, tu bonhomía y tu inolvidable sonrisa. Han pasado 10 años... Parece que nunca fue (Ricardo Kamienski).