Villa María marcó ayer un hito en la historia de nuestro país, porque se presentó el “Programa Nacional de Revisionismo Histórico”, impulsado por la Secretaría de Políticas Universitarias de la Nación, con el objetivo “de propiciar un debate federal en torno a las diferentes miradas revisionistas de la historia argentina”.
El acto se realizó en el Teatro Verdi con la presencia de Martín Gill, secretario de Políticas Universitarias, y de Pacho O’Donnell, director del Instituto Nacional de Revisionismo Histórico Argentino e Iberoamericano “Manuel Dorrego”. Acompañaron Cecilia Conci, vicerectora a cargo de la UNVM, y el intendente municipal, Eduardo Accastello.
Además, se dio el puntapié al primer seminario denominado “La dependencia cultural en Argentina. Hacia una cultura comunicacional emancipadora”, el cual se llevará adelante en el Campus de la UNVM desde hoy, de 9 a 13, y durante los sábados 4, 11 y 18 de mayo; 1 y 8 de junio.
Minutos previos al lanzamiento, Pacho O’Donnell dialogó con los medios en una “mini” conferencia. “El Instituto Nacional de Revisionismo Histórico Argentino e Iberoamericano ‘Manuel Dorrego’ se oficializó por la presidenta de la Nación, Cristina Fernández de Kirchner, en noviembre de 2011, pero veníamos trabajando desde antes, porque algunos han esgrimido argumentos idiotas que decían que esto (el Instituto) fue creado por la presidenta para cambiar la historia de acuerdo a sus deseos”, aclaró.
Añadió que hace mucho tiempo están “en esta orientación”, tanto él como Felipe Pigna, Hernán Brienza, Osvaldo Vergara Bertiche y Enrique Manson. “El primer libro salió en 1995 y fue Juana Arzuduy”, indicó.
El comienzo
Sobre cómo se empezaron a juntar los revisionistas contó: “Un día, que yo llamo el día del teléfono, les hablé a todos y se hicieron cadenas para decir ‘juntémonos’, porque estábamos tan marginados como nuestros antecesores, Jauretche, Scalabrini Ortiz, José María Rosa, Abelardo Ramos, Hernández Arregui, Ortega Peña”.
Continuó diciendo: “Es interesante, porque la marginación es asumida por el marginado, pasa a ser una identidad el marginado y se asume como tal. A partir de ahí nos juntamos e instituimos la forma de trabajar juntos”. Y dejó en claro: “Nunca fue fácil ser revisionista, ahora tampoco es fácil, lo que dicen de nosotros es una cosa de locos. La esencia del Instituto es que tiene una raíz nacional y popular, no extraña que un gobierno peronista sea el que lo avale, porque los institutos liberales fueron avalados por gobiernos liberales y los autoritarios apoyaron los próceres con esa vertiente”.
Quiénes están
El Instituto que lleva el nombre de Manuel Dorrego está constituido por peronistas, integrantes de la izquierda nacional e independiente de raíz federalista y popular. “Es un momento histórico, donde el revisionismo nacional y federalista logró entrar en la superficie, porque este desparramo que se armó nos convenció que estábamos haciendo algo importante”, enfatizó O’Donell.
“Otra mentira que instalaron es que estamos en contra de los historiadores académicos. No es así, el director académico de nuestro instituto es Alberto Letieri, que es doctor en Historia e investigador del Conicet y tenemos un grupo importante de historiadores de la UBA y de otras universidades”.
En este sentido, reconoció que “es cierto que hay un grupo de éstos que siguen sosteniendo el pensamiento único de la historia, que viene desde Pavón, cuando Urquiza le entrega el país a Mitre. Han querido hacer de la historia una ciencia dura, una ciencia con clave que conocen solamente los iniciados”.
Para finalizar concluyó conque “una parte de este mecanismo es denostar la divulgación como si fuera una parte menor de la historia, en realidad tiene una raíz reaccionaria, porque la divulgación supone compartir con los demás y hacer de la historia que los demás merecen conocer, la historia te ubica en el lugar y en las circunstancias que vivís”.