El nueve veces campeón mundial, el francés Sébastien Loeb, que ayer ganó su octavo Rally de la Argentina de manera consecutiva, se mostró emocionado al momento de la coronación, en el año que se retirará de la categoría.
La premiación se realizó en la costanera del lago San Roque, en Villa Carlos Paz, epicentro de la prueba, y Loeb fue ovacionado por una multitud de amantes del rally.
El francés, de 39 años, se despidió de la Argentina, en el año en que se retira de esta especialidad, para seguir en autos de Gran Turismo, en pista.
"Es una gran emoción ganar aquí. Fue un rally muy duro, con tramos complicados, pero había un gran ambiente y fue genial. Debo reconocer que después de venir tantas temporadas, ya los caminos eran familiares para mí y para mi acompañante".
"Después de tantos meses desde mi último rally de tierra, era complicado encontrar buenas sensaciones en la primera jornada y conseguir buen ritmo, pero el DS3 estuvo perfecto", afirmó.
"El público argentino es maravilloso y me llevo de este país el más hermoso de los recuerdos", dijo Loeb y agregó que "seguramente no será la última vez que visite a la Argentina, aunque ya no vendré como piloto de rally".
Su compatriota y archirrival Sébastien Ogier, excoequiper en Citroën y ahora puntero del campeonato con Volkswagen, señaló que el segundo puesto fue “un buen resultado. Tuvimos muchos problemas este fin de semana, pero estamos contentos de haber terminado. Nos encontramos en un año de aprendizaje y después de cinco pruebas, estamos bien, así que quiero darle las gracias al equipo”.
Pozzo
En tanto, Gabriel Pozzo, único argentino en la clase mayor y undécimo clasificado, dijo que "me gustó mucho el coche, es espectacular, lo disfrute muchísimo y sentí gran emoción por el apoyo de tanta gente".
Pozzo, que condujo un Ford Fiesta del equipo semioficial de Malcom Wilson y que años atrás fue campeón mundial del Grupo de Producción, agregó que le encantaría tener continuidad en este grupo, aunque "es difícil porque hay que lograr un fuerte apoyo económico, pero lo intentaremos".
Otro piloto local, Marcos Ligato, quien corrió con un Subaru en el Grupo N de la nueva categoría WRC2, se manifestó apenado a pesar del segundo puesto en su clase, que ganó el peruano Nicolás Fuchs, ya que abandonó en el primer especial de la prueba y debió reengancharse en la segunda etapa con 20 minutos de recargo.
El corredor de Río Ceballos enfatizó que "como lo había dicho, me conformaba sólo con ganar porque trabajamos y se apostó mucho para estar en este rally. El auto es nuevo y la verdad, cuando a pocos kilómetros de largar tuve un problema, me amargué. Me alentaron a seguir, pero era muy grande la diferencia".