La ciudad se dibuja en los talleres gráficos y desde ello emergen los plenos de un oficio de brazos incansables, de mirada creativa, de líneas limitantes y registro. De una infinita gama de grises a los más chispeantes colores.
El producto final regala los aromas de la tinta y del papel que se extrañan por las mañanas como el perfume del café.
A esos compañeros que a brazo partido construyen día a día la dignidad del trabajador gráfico, dedicamos estas líneas nacidas en el fervor del movimiento obrero, en los frutos de la lucha y la capacidad de alcanzar una justicia social que contemple los derechos nuestros.
Porque aquel primer convenio colectivo de trabajo firmado en 1950 puede abrazar en el mejor pleno el espíritu de la felicidad.
Los compañeros de Cooperativa de Trabajo Comunicar Ltda.