Un efectivo del Comando de Acción Preventiva (CAP) complicó ayer la situación procesal de Omar Marcelo Amoretti (42), el pintor que está siendo juzgado en la Cámara del Crimen de Villa María por el asesinato de José César López (58), ocurrido en setiembre de 2011.
Se trata del cabo primero Lucas Sebastián Ayala, quien al declarar en la sala del quinto piso de Tribunales contó detalles de lo que el acusado le confesó instantes antes de ser detenido, cuando todavía se encontraba en el patio de una vivienda contigua a la que ocupaban López y su concubina, Liliana del Rosario Maldonado.
Ayala fue el primer policía en llegar a la casa de Ituzaingó 1235, donde alrededor de las 3 de la madrugada del 6 de setiembre de 2011 se produjo el sangriento episodio en el que resultó mortalmente herido López, tras ser golpeado en la cabeza con un inflador de bicicleta.
Unico testigo
El funcionario policial fue el único de los cinco testigos que habían sido citados para la segunda audiencia de debate, ya que un médico que fue convocado por la Defensa no concurrió y los testimonios de otros tres uniformados fueron incorporados por su lectura junto al resto de la prueba obrante en el expediente.
“Me dijo que él había golpeado al señor López y estaba todo manchado con sangre”, precisó Ayala, quien recordó algunos aspectos de su intervención funcional en el caso, luego que Maldonado se presentara muy alterada en la sede del CAP, ubicada a sólo dos cuadras de la escena del crimen, y a viva voz exclamara “¡mataron a mi marido!”.
El policía relató que al ingresar a la vivienda de calle Ituzaingó, encontró al dueño de casa tirado en el patio, en medio de un charco de sangre, y advirtió que había manchas sobre una escalera de material que conduce a la terraza del inmueble, por lo que dedujo que el agresor había escapado por allí.
Estaba oculto
Luego de subir, en el techo halló el inflador metálico que fue utilizado para golpear violenta y reiteradamente a López y poco después, gracias a la linterna que portaba, localizó a Amoretti, quien se había escondido en el patio de un vecino.
“Acá estoy oficial, yo soy el responsable de todo lo que pasó... ya le voy a explicar”, fue lo primero que le dijo el acusado y de inmediato agregó: “Yo le pegué al hombre... ayúdeme a subir”.
Ayala señaló también que Amoretti se entregó sin poner ningún tipo de resistencia.
Junto a otro efectivo policial, el cabo primero procedió a la detención del sospechoso y lo trasladó hasta la Comisaría de Distrito local, al tiempo que personal del Cuerpo de Bomberos Voluntarios auxilió al malherido López, quien ante la gravedad de su estado fue internado en la Unidad de Terapia Intensiva del Hospital Regional Pasteur, y horas más tarde se lo derivó al Hospital de San Francisco, donde fue intervenido quirúrgicamente y falleció cuatro días después.
Durante la audiencia de la víspera el fiscal de Cámara, Francisco Márquez, y el abogado defensor del acusado, David Bazán Carricaburu, acordaron incorporar por su lectura los testimonios de otros tres policías convocados para esta segunda jornada e hicieron lo propio con el resto de la prueba colectada en el expediente, entre la que figuran la autopsia, el certificado de defunción, la historia clínica, actas de allanamiento, fotografías, croquis y demás pruebas documentales e instrumentales.
Sin embargo, Bazán Carricaburu insistió en el pedido de comparendo del médico villamariense Miguel Angel Colunga, quien intervino en la causa como perito de parte.
Colunga debía presentarse ayer en la Cámara del Crimen, pero no concurrió aduciendo problemas de salud. Asimismo, para hoy está previsto que declare la madre de Amoretti, María Teresa Villa, y dos vecinos de barrio San Justo que viven cerca del domicilio de la víctima.
Dos versiones
Cabe recordar que, según testimonió Liliana Maldonado el lunes, al comenzar este juicio, el homicida saltó una reja del portón de entrada y atacó a López con el inflador mientras ella salía corriendo de la vivienda para pedir auxilio en la sede de la Patrulla Preventiva.
En cambio, Amoretti se defendió diciendo que la mujer le abrió el portón y que cuando entró a la casa, López lo insultó y lo atacó con el inflador. También dijo que luego de un forcejeo, le quitó el artefacto y repelió la agresión, golpeándolo en la cabeza.
Amoretti y Maldonado mantenían una relación, que la propia mujer se encargó de aclarar cuando admitió públicamente que se prostituía con el acusado con el fin de obtener dinero para comprarle medicamentos a su marido, quien estaba enfermo como consecuencia de haber sufrido un Accidente Cerebro Vascular (ACV) que le dejó secuelas en su flanco derecho y, por ende, algunos problemas de movilidad.