La tarifa de agua tendrá un ajuste del 30% en este 2013, según autorizó ayer el Concejo Deliberante en una polémica decisión que dividió a la oposición.
Será en tres tramos. El 10% con la facturación de mayo, es decir, que se cobrará el mes que viene, junio; otro 10% en setiembre (facturación de agosto) y el resto en diciembre (facturación de noviembre).
Así lo resolvieron los bloques del partido gobernante Unión por Córdoba y el de la Unión Cívica Radical.
Como se conoce, las autoridades de la Capyclo informaron que el déficit previsto para este año es del 46% si no se producía un ajuste. Con esta suba del 30% se acercan un poco al respiro que pretendían, sabiendo de antemano que los ediles no autorizarían un incremento superior al 40%.
Quien no estuvo de acuerdo con el aumento otorgado fue la edil juecista Magalí Castro, del bloque unipersonal del Frente Cívico, quien planteó un 25% en dos tramos. Esto originó una fuerte controversia en la que quedó al desnudo que la concejala no asiste a las reuniones de comisión como debiera, algo que era vox populi.
“No estuve en la reunión por cuestiones particulares y de trabajo. Como bloque proponemos no más del 25%. En la Audiencia Pública la única moción que se levantó fue la de que no se produzca una suba mayor a la que se le dio a los trabajadores, que va del 20% al 26%”, explicó. Esto, “sin intención de atentar contra la institución (la cooperativa) y elogiando el servicio, pero también planteando que se refuercen otras vías para inversión”. Añadió que la tarifa “no es baja” y que es de “las más caras que se dieron, comparada con la región es mayor que las de las localidades vecinas”.
Fue precisamente esta posición de la concejala la que derivó en una fisura en las minorías, ya que su par del radicalismo, Nora Bizzutti, la criticó extensamente, a lo que se sumó después la justicialista Nuri Vélez.
“Este bloque se caracteriza por hacer lo que piensa y pensar lo que hace. Si estamos sentados acá, es porque la ciudadanía nos premió con su voto. En la Audiencia Pública, los concejales estamos sentados para escuchar y son los vecinos los que resuelven. Estoy muy orgullosa de lo que tenemos en Villa Nueva (dijo en alusión a la Capyclo). Si comparamos con la Cooperativa 15 de mayo (la que provee el agua en Villa María), vemos que aquélla sigue tirando sus residuos al río Ctalamochita. Y acá salimos al cruce (de lo resuelto sobre la tarifa) después de no haber estado en reunión de comisión”, disparó la integrante de la bancada de la Unión Cívica Radical.
Continuó: “Ha habido un buen trabajo en comisión. ¿Dónde está la lógica de plantear la diferencia ahora? Así yo falto y digo que apruebo equis porcentaje. Lo menos que se puede hacer es escuchar a quienes han sido nuestros votantes. Este bloque no borra con el codo lo que escribió con la mano”, dijo siempre aludiendo a Castro, en un cruce inédito entre miembros de la oposición.
Se sumó Vélez: “Ella (por su par del Frente Cívico) fue elegida para ser concejala, tiene que venir a sesiones, a comisión. Yo también tengo otro trabajo, pero asisto al Concejo. Muy pocas veces venís a comisiones”, le enrostró. Castro respondió que sólo faltó dos veces este año. “No avisás o te tenemos que estar llamando”, le espetó su par oficialista y añadió: “Ahora es más fácil dar otro porcentaje y salir en los diarios con eso”.
Castro remarcó que no le interesaba salir en la prensa, subrayó que su postura era conocida por todos (la de dar un 25%) y explicó la superposición entre su trabajo como empleada administrativa de la Universidad Nacional de Villa María y su rol de legisladora. En este sentido, apuntó que por su labor en la casa de altos estudios tenía que estar un mes en Buenos Aires y que solicitó permiso para estar en Villa Nueva los miércoles y jueves. Sus compañeras no se lo dejaron pasar: Bizzutti señaló que “son dos puestos públicos” y que el Deliberante “no es para el tiempo que sobra” y Vélez le dijo que tomara licencia.
Javier Pérez sólo declaró que él había tenido “un retroceso patrimonial terrible” por no poder trabajar para cumplir su labor como concejal y graficó: “Si viene gente al recinto que me puede insultar, qué voy a hacer, ¿cambiar de opinión?”, deslizando que Castro había especulado.
La cuestionada concejala, entonces, advirtió que ella podía claramente presentar otra propuesta y pasó factura: hubo muchos otros proyectos aprobados por mayoría, sin unanimidad.