Hablame de amor, Alumni... Y no de fracasos...
Tu historia no termina en una derrota cruel... dolorosa... triste...
Hoy, hablame de triunfos...
Contame tu historia de canchas sin césped y de goles al Cielo...
Recordame la Plaza cubierta y tu nombre escrito en Grande...
Hoy, hablame de amor, Alumni... Y no de fracasos...
Es cierto, en este Mayo ingrato es tiempo de llantos, pero puede ser tiempo de recuerdos...
Porque los recuerdos son más fuertes...
Porque los llantos son ambiguos...
No entregues tu pasado, Alumni, a un momento...
Es turno de estar cubierto de penas...
De sentir un vacío en el Alma...
Pero a veces, Alumni, la nostalgia cubre vacíos...
Esa nostalgia de ser Campeón y de volver a aquellos años con nidos de Gloria...
Hablame de Amor, Alumni... Y no de fracasos...
Hoy, hablame de triunfos...
Del volver de Córdoba con una chapa colgada en tus vitrinas: el Argentino A.
Que vivió una Ciudad orgullosa.
Hoy, esa chapa se perdió en un partido...
Pero un partido, Alumni, no es nada...
Recuerdo cuando hace unos 30 años, en tu vieja y deteriorada cancha, jugabas el torneo de la Primera B de la Liga Cordobesa y tus jugadores no tenían ni botines...
Y después te levantaste, Alumni, te levantaste...
Festejaste títulos, llenaste canchas y estampaste tu camiseta en la Nación del fútbol...
Entonces, Alumni, hablame de amor. Y no de fracasos...
Si el inolvidable “Negro” Ríos fue el emblema de llevarte al reconocimiento Federal cuando asomaba 1975, esa insignia no tiene por qué borrarse de tu historia.
Contar pasado es tener futuro...
Entonces Alumni, hablame de amor. Y no de fracasos...
Y volverán los goles al Cielo, la Plaza cubierta y otro Argentino A que quiso abandonarte por un momento, como una Novia decepcionada...
Tu historia no termina en una derrota...
Aunque sea cruel, dolorosa y triste...