Previo a la ley que estableció la desinstitucionalización de los niños y niñas en la provincia, un año y medio atrás, había en todo el territorio cordobés 25 residencias para menores. Ahora hay 13, ocho de las cuales están en el interior provincial y cinco en capital.
Así lo precisaron desde el Ministerio de Desarrollo Social de la provincia ante la consulta de EL DIARIO.
El titular de la cartera, Daniel Passerini, develó que el 70% de los menores que vivían en estos establecimientos, como por ejemplo El Gurisito de Villa María, regresó con su familia biológica.
"Llevamos un año y medio de vigencia de la ley, que marca como eje que la familia debe ser el centro de vida del niño, si no es la familia biológica por situaciones de violencia o porque la Justicia determina que así sea por algún problema, que lo sea algún familiar directo", indicó al ser consultado por este matutino.
"De no ser así, buscamos familias sustitutas o de acogimiento hasta que la Justicia resuelva si esos chicos deben ser dados en adopción ante la ausencia de su familia directa. La última instancia que nosotros aceptamos es la institucionalización, por eso prácticamente no hay chicos en institutos en la provincia", dijo. En la ciudad, de esta manera cerró el hogar de barrio Santa Ana "El Gurisito".
Ante una pregunta, resaltó que "no significa que no haya problemas en la niñez, significa que hoy hay otras alternativas, en la que trabajamos y que tiene que ver con el fortalecimiento de otros vínculos".
Cuando se le planteó una evaluación del año y medio de vigencia, aclaró: "Hablar de resultados óptimos sería irreal. Con un año y medio de nueva ley, habiendo tantos años de vigencia de ley de patronato, considero positivo, no óptimo, lo logrado".
Especificó que "a un 70% de niños los hemos logrado revincular con la familia biológica, no siempre es la familia directa, sí con abuelos, tíos o hermanos".
El resto "persisten institucionalizados o bien están con familias de acogimiento".
Passerini aseguró que se monitorea el proceso tras la salida de los hogares de menores: "Hasta que no se resuelve la cuestión de fondo estamos en permanente contacto". "Hay equipos técnicos que hacen evaluaciones, a veces la familia biológica que lo recibe tiene todo el amor para brindarle pero presenta problemas económicos. Nosotros no queremos que la pobreza sea determinante de la exclusión del hogar, por eso los acompañamos con ayudas económicas, por eso tenemos herramientas para resolver".
"Tenemos muy buen resultado en el proceso de reinserción familiar pero muchas veces el acompañamiento tiene que ser más intenso, con visitas semanales", admitió.
Luego, afirmó que dejarán de estar en el Patronato de la Infancia de Villa María las niñas que habitan allí. La idea es que el lugar albergue a víctimas de violencia familiar.
Para ayudarlos
El centro de barrio San Nicolás “Pinceladas de Esperanza” necesita de dos mesas, dos esteras, ocho sillas, almohadones, alfombras, cortinas, armario, ropero, bibliotecas, cocina, dos computadoras, una impresora, útiles escolares, lápices negros, resmas de papel, gomas, lápices de colores, pintura blanca, pintura de colores vivos y pizarrón.
Como se sabe, trabajan con franjas de población en situación de vulnerabilidad.
Quienes quieran hacer donaciones, comunicarse con Jimena al teléfono 0353 - 154117055.