En relación a la respuesta brindada por el Partido Justicialista a las expresiones vertidas por el radicalismo de Villa María, no deja de preocuparnos el mesianismo con que se nos gobierna, la obediencia ciega hacia quién consideran como una líder natural, cuya decisiones son inobjetables por más nocivas que sean, siempre están dispuestos a justificar hasta lo que resulta injustificable, defienden las medidas en público a capa y espada cosa que luego en privado y en off de record admiten como desastrosas, ahora pretenden hacer creer a la gente que la reforma de la Justicia busca democratizar y agilizar la Justicia, ¿quién les dijo que la Justicia tiene que ser democrática?, pretender que los jueces o quienes eligen a los jueces tengan que presentarse a elecciones con un partido político tiene por objetivo que respondan al Gobierno de turno perdiendo todo tipo de independencia, ¿se puede buscar otra explicación real? Imposible, más si tenemos en cuenta que la reforma establece que los únicos que podrían armar lista es el Frente para la Victoria (FPV), por el requisito de las jurisdicciones electorales.
Limitar las medidas cautelares, es decir el derecho de los ciudadanos a recurrir a la Justicia cuando cree que el Estado está vulnerando algunos de sus derechos constitucionales, ¿es democrático?, ¿permite agilizar la Justicia? Evidentemente no y se están abriendo las puertas a la indefinición de los ciudadanos antes las arbitrariedades de los gobiernos, violando derechos humanos básicos. Crear una nueva instancia de apelación previa a la Corte Suprema ¿permitirá agilizar la Justicia? Al contrario sólo busca armar una instancia judicial de jueces elegidos por el Gobierno que les garantice impunidad.
No podemos dejar de lado, en el contexto en que se dan estas reformas, en medio de graves acusaciones de corrupción que de comprobarse podrían llevar a la cárcel a muchos funcionarios, del día a la noche sacan de la galera una reforma judicial que parece tener como objetivo garantizar la impunidad y como si fuera poco una ley de blanqueos de capitales, cuando se sospecha de valijas que van, que vienen, con dólares, euros y lingotes de oro que involucran a las más altas esferas del Gobierno y sus amigos. ¿Será pura casualidad?
Todos estamos de acuerdo que hay que hacer cambios en la Justicia, que esta es una Justicia con muletas, pero aun así es mejor que la Justicia que nos proponen los K, basta el último ejemplo: en Comodoro Rivadavia se designó como juez al abogado de unos de los principales sospechoso de ser testaferro de (Néstor) Kirchner, Lázaro Báez, podría tener que juzgar a su cliente.
Sin dudas, que estamos viviendo una democracia adolescente, que aún no ha podido consolidar sus instituciones, que no puede superar los vicios del pasado, donde la corrupción carcome las estructuras políticas, económicas, sociales, culturales de la Nación y es aquí donde el accionar de la Justicia debe llevar luz a la sociedad, haciendo cumplir la ley en beneficio de todos, y no de un grupo o corporación.
Pero para ello hay que dar debate, no basta con levantar la mano, sin pronunciar una palabra, dejando pasar una oportunidad histórica, priorizando la obediencia debida por encima de las convicciones.
Este tipo de reformas trasciende al Gobierno de turno, afectan el desarrollo de la sociedad en su conjunto, tanto presente como futuro. Requiere de un debate abierto, sin mezquindades, donde participen todos los actores de la vida social y para que las estructuras de Gobierno acompañen los cambios sociales.
Silvia Balderramos Pte. Comité de Circuito U.C.R. Villa María