Desde hace tres años, el investigador y docente dirige el proyecto titulado “Divulgación del conocimiento científico y construcción de ciudadanía. Formulación de políticas públicas en Ciencia y Tecnología”. Y viene de coordinar unas jornadas internacionales en el Campus bajo esa consigna. Habló de la importancia crucial que tendrá, en adelante, la participación de la gente en las agendas investigativas del país.
De no ser por algún programa televisivo específico (generalmente retro) que aún pasan por televisión, y sobre todo por alguna revista (importada) que todavía exhibe el primer plano de una célula, es que podemos afirmar que en nuestro país existe algo cercano a la “divulgación científica”. Ni qué decir tiene que, la información acerca de las decisiones investigativas que ha tomado el país, es casi nula a nivel masivo. ¿A qué se debe esta falta de producción de una literatura que dé cuenta del rumbo científico tomado por la Argentina? Y, sobre todo, ¿a qué se debe la pasmosa falta de interés de la comunidad nacional por acceder a esa literatura? El ingeniero Oscar Alamo ensaya la respuesta.
“La razón principal de ese desconocimiento es que casi no hay divulgadores en nuestro país. Pero también que los científicos no tienen interés, y muchas veces tampoco capacidad, de transmitir sus resultados. Si no se sabe transmitir lo que se está haciendo ni siquiera a los pares (difusión), es difícil acercar el conocimiento a la gente (divulgación). Imaginate que uno de los cursos que mayor requerimiento tiene en la Universidad Nacional de Córdoba es el de la redacción de textos científicos y académicos… ¡Porque los científicos no saben escribir!…”
Sin embargo, para el docente de la UNVM hay una segunda razón por la cual en nuestro país la divulgación científica es tan escasa.
“Tiene que ver con un paradigma de investigación de los años 70, donde se creía que el desarrollo científico estaba reservado a espacios cerrados. Hoy, los investigadores no pueden estar al margen de lo que pasa en la sociedad. Y en este sentido, la divulgación opera como un dispositivo transformador de estas relaciones”.
¿Por qué piensa que la sociedad debe participar de las decisiones científicas de un país?
-Porque cuando un gobierno adopta una política científica o tecnológica, también asume un riesgo. Y ese riesgo puede ir desde aceptar los peligros de instalar una central nuclear, hasta adoptar paquetes tecnológicos relacionados con el monocultivo, que es el caso actual de Córdoba. En estos momentos, se está instalando una planta de Monsanto para generar semillas transgénicas. Y creo que la sociedad debería opinar al respecto. Debemos decidir en conjunto si nos interesan más los puestos de trabajo a corto plazo que la salud de la población el día de mañana. De este modo, las decisiones que se tomen, serán realmente democráticas.
¿Cuál es el papel de la Universidad en esta encrucijada?
- Hay una suerte de divorcio entre científicos y sociedad, y la Universidad debe ser el mejor de los mediadores posible. La Universidad se relaciona no sólo con los científicos que ella misma produce, sino que también se hace eco de lo que pide la sociedad en términos científicos y tecnológicos. ¿A quién llega y a quién alcanza el conocimiento producido en sus aulas? ¿Sabe la gente que ese conocimiento está disponible? ¿La sociedad está conforme en que se investigue esto y no aquello? ¿Quién debe definir las agendas investigativas del país? Todas estas preguntas son las que tiene que plantear la universidad a la comunidad.
¿Cuántas agendas investigativas existen hoy en Argentina?
-Muchas. Está la agenda universitaria, la del Estado y la de las empresas. Pero también debiera estar, y con mucha fuerza, la agenda de la sociedad civil en su conjunto. La cosa se complejiza porque son muchos los actores y diversos los intereses. Cuando una de las agendas prima sobre las otras, se está en presencia de un modelo cognitivo que desplaza y puede no ser el más conveniente. Y es la sociedad la que debe intervenir, la que debe ayudar a definir el modelo cognitivo del país.
Iván Wielikosielek
-Especial UNVM-