Nueve años y 358 días tuvo que esperar San Martín para volver a enloquecerse de alegría por un “clásico” ganado.

Precisamente ayer fue la jornada en que los “Tricolores” le pusieron un punto de inflexión a su historial de partidos contra su eterno archirrival de siempre, Jockey Club.

La víspera quedará de seguro en el recuerdo de los fanáticos del “Tricolor” que en cada choque con los hombres de verde, renovaban la esperanza de romper el maleficio que duró casi una década, de salir triunfantes, de llorar de emoción.

Justamente la tarde gris del sábado fue ese momento. Como presintiendo lo que iba a ocurrir, los dueños de casa colmaron con seguidores cada espacio disponible al borde de la cancha.

Los anfitriones respondieron adentro y afuera de la cancha. En el exterior alentando sin pausa y en el interior del campo de juego superando a los “verdes” por 15 a 14.

Será uno de esos días inolvidables y no un “clásico” más.

 

Fórmula tricolor

 

Pero para llegar al final feliz, los dirigidos por Mauricio De Zárate y Agustín Morra,   debieron batallar contra un rival durísimo que tenía como plus especial la inclusión en su plantilla titular del internacional Rodrigo Bruno.

En la primera parte, San Martín echó a andar una propuesta que combinó la presión extrema en las formaciones fijas, patadas posicionales e intentos de progresión al amparo del maul dinámico.

Por su parte y como de costumbre, Jockey buscó sacar rédito a la movilidad y penetración de sus terceras líneas para luego lanzarse a explorar las grietas defensivas con los tres cuartos.

Con un alto porcentaje de tackles y una fiereza notable en cada punto de contacto, el “Sanmar” fue minimizando los planes de su invitado, hasta hacerlo ingresar en un nivel de desconcierto que provocó varios penales a su favor.

A pesar de los altos niveles de compromiso con el juego de su oponente, los visitantes tuvieron la lucidez para liquidar una de las opciones que tuvieron para llevar la guinda al try.

A los 30 minutos, el control del balón y la coordinación entre el avance de los delanteros y la corrida de los backs, terminó en la merecida conquista de Facundo Boaglio.

Antes el juvenil tricolor Gastón Pereyra había desperdiciado dos penales desde zonas factibles.

El try en contra volvió a despertar a los de barrio Las Acacias, que aprovechando su supremacía en lo alto de la hilera y el empuje en el scrum, encajonaron a los vecinos contra su propio ingoal.

Apelando a la fórmula line y maul, los discípulos de De Zárate y Morra, achicaron la diferencia en la pizarra y pusieron cifras más coherentes a lo que ocurría en la realidad.

El tercera línea Javier Flores apoyó la ovalada demostrando que la batalla todavía no terminaba.

 

Para la historia

 

En el segundo capítulo, los de San Martín entraron dispuestos a no dejar escapar la victoria. Redoblando esfuerzos en todas las líneas, acorralaron nuevamente al elenco de barrio Roque Sáenz Peña.

Por su parte, los hombres de verde, además de tratar de resolver los dilemas en cada line y scrum que acontecía, tuvieron que hacer su máximo esfuerzo para que su zona de try no fuera invadida.

En la lucha defensiva, Jockey Club perdió a tres de sus hombres, jugando de este modo con 13 jugadores casi veinte minutos de la etapa final.

La defensa estoica de su ingoal, comenzaba a hacer creer que los “Hípicos” atesorarían una victoria que aunque mínima servía para alargar la hegemonía sobre el eterno oponente.

De yapa, el pilar Alan Bello culminaría apoyando un try colosal (que él mismo arrancó tapándole un kick a Matías Zurro en extremo ataque), confirmando que la levantada de los visitantes tendría destino de triunfo.

Lo que pocos podían prever fue que los últimos diez minutos serían no aptos para cardíacos.

Para comenzar, el árbitro Alberto Passamonti excluyó a Rodrigo Bruno con amarilla (habría observado un gesto del jugador hacia la tribuna rival), dejando al Jockey con uno menos hasta el fin del encuentro.

Luego y a todo por el todo, los “Tricolores” decidieron utilizar como único camino al try el “pick and go” (levantar e ir) con sus delanteros de punta.

Percutiendo con los “gordos”, el “quince” anfitrión llegó a la conquista que convertida por Pereyra dejaba a los del “Sanmar” solamente dos puntos abajo.

Los últimos cuatro minutos del choque fueron para el infarto. 

San Martín tuvo más resto y con la potencia de sus ocho forwards volvió a meterse en lo más profundo de las líneas enemigas hasta que forzó una infracción.

En tiempo de descuento y como paradójicamente hace casi diez años, otro Pereyra (en aquel 2003 fue Pablo), sentenciaría con su penal el destino final del partido.

Jockey volvió a la carga, pero no encontró cómo no dejar escapar el “clásico”.

Passamonti marcó el cierre y fue alegría incontenible, hubo lágrimas y abrazos… emociones guardadas y desahogo que descontroladamente hicieron vibrar el “Rúben Bonagelino”. 

Fue triunfo del “Tricolor”, pero no uno más. Fue la victoria donde el “clásico” cambió de manos y el rugby villamariense, por la entrega de los más de treinta protagonistas que entraron en la cancha, vivenció uno de sus mejores momentos.

Resultados

La tercera fecha tuvo estos resultados: Urú Curé 90 - Carlos Paz RC 0 (5-0), Palermo Bajo 18 - Jockey Cba. 21 (1-4), San Martín 15 - Jockey 14 (4-1), Universitario 18 - Cba. Athletic 24 (1-4), Alta Gracia RC 3 - La Tablada 89 (0-5) y Cba. Rugby 3 - Tala 63 (0-5).

Posiciones

Tala RC 14 puntos
La Tablada 12
Jockey Cba. y Universitario 11
Cba. Athletic 10
Urú Curé 9
Jockey VM 8
San Martín 6
Palermo Bajo 5
Córdoba Rugby, Alta Gracia RC y Carlos Paz 0

Próxima fecha

Será la cuarta fecha y tendrá estos partidos: Carlos Paz RC - Córdoba Athletic, Tala RC - Universitario, Jockey Cba. - Córdoba Rugby, Jockey Villa María - Palermo Bajo, La Tablada - San Martin y Urú Curé - Alta Gracia RC.


Las fotografías

1) La formación del San Martín en la previa de lo que sería una tarde inolvidable

2) Jockey hizo todo el esfuerzo, pero el clásico esta vez cambió de manos

3) Javier Flores, el aguerrido tercera línea que marcó uno de los tries del “Sanmar”

4) El tricolor fue recibido con una lluvia de papelitos. Después llegaría lo mejor...