Escribe: Juan Pablo Morre
El juvenil River Plate le minimizó las expectativas de clasificación a Unión Social al ganarle de local 4 a 3 en un desarrollo cambiante y con un marcado contraste de emociones de un tiempo a otro, que finalizó con felicidad plena para el local y pura resignación en la visita.
Cabezas bajas y marcada desazón se visualizaron en los rostros de los jugadores de Alto Alegre, sabiendo que la derrota (que dejó su mella para la recta final) les impidió sumar unidades vitales para clasificar pese a que matemáticamente mantiene probabilidades.
Mucho tuvieron que ver con ello sus propios problemas, principalmente en el primer tiempo, donde Unión Social mostró visibles inconvenientes en todas sus líneas, imprecisiones y un repentino desorden táctico. A su vez, tampoco le alcanzó con la magnífica remontada en el complemento a puro empuje y virtuosismo individual (el golazo de Iván Moyano).
Y, por su lado, River se mostró lúcido y contundente en el arranque, sacando una diferencia notable. A la vez que mostró entereza para reponerse de la sofocante presión que sufrió en el reinicio y, ya sobre el final, supo encontrar la variante justa para cerrar el partido con victoria.
Con un arranque inspirador, River tomó velozmente el dominio del partido por su contundencia. Ante un rival desconcentrado y cometiendo faltas innecesarias, el local aprovechó un claro penal sobre Guillermo Arce, quien se hizo cargo de la ejecución y anotó el 1-0.
El anfitrión acentuó su predominio a través de su buen trato de balón y la movilidad constante en campo rival, lo que le permitió, tras destacada asistencia de Bomprezzi, facturar a Julián Gómez el 2-0 con certera definición cuando sólo iban 11 minutos.
La visita, en tanto, sintió sendos cachetazos y quiso despertar, aunque futbolísticamente no encontró las herramientas ya que se mostró inconexo, con constantes desaciertos con el balón y falencias producto del apuro que le generó el resultado en contra.
Entonces, a través de la buena presión en zona central para impedir que la visita arme juego y explotando con inteligencia los espacios en ofensiva, River controló a su merced el juego y prácticamente sin inquietarse en defensa, salvo algún que otro envío aéreo, donde se notó la supremacía de altura del huésped.
Por lo tanto, no sorprendió cuando Arce volvió a entrar en acción y tras disputar la posesión con Mellano terminó punteando el esférico ante la floja salida de Soria y decretó el 3-0.
¿Partido terminado?... Para nada. Unión Social fue una furia en el inicio del complemento, demostrando que se jugaba prácticamente una carta importante para pelear la clasificación.
Entonces, frente a un rival sin respuestas y vulnerable atrás, empezó a creer en la remontada. A los dos minutos Iván Moyano marcó el 1-3 desde los 12 pasos tras infracción que él mismo recibió del arquero López (se equivocó en dar un rebote largo).
Enseguida, dentro de un trámite friccionado y con mucha vorágine, Mellano se anticipó a todos después de un centro al área y decretó el 2-3 y la remontada quedó certificada tres minutos después.
Iván Moyano captó un rebote y, desde casi 25 metros, sacó un notable remate para colocar la pelota al ángulo y hacer imposible la estirada de López: golazo y 3 a 3.
Igualmente, el impulso anímico de los tres goles en sólo 11 minutos se fue apagando de a poco, porque hizo falta un respiro y fue allí River quien empezó a mostrar tibias pero acertadas respuestas por lo que niveló el trámite y desde allí las situaciones sobre los arcos empezaron a mermar considerablemente.
Y en ese sentido, sólo se vio una chance más por bando. Promediando el complemento, Unión tuvo su oportunidad, pero Centioni impactó mal en nítida acción de gol y como respuesta River encontró el triunfo desde el banco.
Sobre los 34 m y cuando Unión pedía una falta (que existió) sobre Zárate, el recién ingresado Cristian García enfiló sobre el área rival y, ganando a pura determinación, terminó quedando frente a Soria y marcó, con fuerte remate, el 4 a 3, lo que a la postre fue el resultado final.
Es que en los minutos finales pasó poco y nada, porque River controló bien el empuje de Unión y terminó celebrando su segunda victoria, la que lo sacó de la última colocación por primera vez en el torneo, a la vez que le dejó toda la desazón al elenco de Alto Alegre, que no sumó y complicó su afán de clasificación.
La figura
Por su desequilibrio y su cuota goleadora, Guillermo Arce se erigió en el hombre más determinante en el “Pozo”. En el local, además, fue óptima la labor de Julián Gómez e Ignacio Bomprezzi, especialmente en el primer tiempo. En la visita, sobresalió Iván Moyano, autor de un golazo.
El árbitro
Oscar Palacios dirigió muy próximo a las acciones, acertó en ambos penales y apeló reiteradamente a las tarjetas para detener el juego brusco. Obvió una falta previa sobre Zárate previo al cuarto gol “millonario” aunque igualmente desarrolló una aceptable labor y no incidió en el resultado.
