En la previa se sabía que si algún equipo se hacía con la victoria en la tarde de ayer y lo ayudaban otros resultados, podía asegurar su clasificación a la siguiente instancia y eso sucedió en Tío Pujio, donde el local Hipólito Yrigoyen cayó derrotado en manos de Asociación Española por 2 a 1 y logró su objetivo de clasificarse anticipadamente, cuando aún restan tres partidos por disputar en la fase regular.
En un primer tiempo verdaderamente chato, etapa en la cual el balón fue de un lado al otro en la mitad de cancha sin llegar prácticamente en ningún momento a inquietar a los arqueros, sólo sobresalió un intento de la visita en los pies de Lautaro Marín, quien intentó sorprender con un zurdazo desde larga distancia que Ezequiel Merani contuvo sin inconvenientes debido a su buena ubicación debajo de los tres postes.
Pero todo cambió en el segundo tiempo, ya que ambos conjuntos salieron decididos a alzarse con la victoria. Algo que también influyó para ver una etapa complementaria diferente en cuanto a las emociones fueron los numerosos errores que cometió el árbitro Fabio Monjes, perjudicando tanto a los dirigidos por Marcelo Sachetto como a los comandados por Edgar Brusa.
La primera gran polémica de la tarde se generó a los 3 m de ese período cuando Jonathan Díaz derribó a Luciano Giraudo dentro del área visitante, por lo que el referí tomó la decisión de cobrar penal a favor de Yrigoyen. Allí el juego se paralizó durante un par de minutos ya que todo Española le reclamó al colegiado que previamente a dicha infracción el defensor del conjunto villanovense había sufrido una falta, algo que justificaron con un corte que Díaz presentaba en su cabeza.
Cuando se calmaron las aguas Andrés Ferrero se hizo cargo de la pena máxima y definió de derecha hacia la izquierda de Federico Arias, que adivinó la punta, pero no llegó a desviar el balón, para poner al local en ventaja.
En la siguiente situación límite, a los 15 m de juego, el hombre de negro volvió a fallar ya que expulsó injustamente a Ezequiel Gaido en el visitante por una infracción sobre Luis Rodríguez que solamente merecía amonestación.
No siendo suficiente con eso, 5 m después Monjes expulsó a Diego Gabetta por doble amarilla en el “rojo”, también inmerecidamente porque la segunda cartulina se la mostró por entender que el jugador simuló, cuando en realidad se cayó producto de un contacto con un defensor rival.
El empate de Española se produjo a los 22 m cuando Exequiel Fonseca le cometió penal a Joel Manzanares. Quizás ése fue uno de los pocos aciertos arbitrales del encuentro, pero que con el clima caliente que él mismo generó con los errores previos, también fue muy protestado. Poco le importó eso a José Ledesma que desde los 12 pasos estampó el 1 a 1 definiendo a la derecha de Merani, que voló hacia el otro costado.
Yrigoyen pudo volver a ponerse en ventaja 5 m después, pero Elián Geremías se lo perdió abajo del arco, rematando de derecha por encima del larguero.
Con los dos equipos yendo en busca del triunfo de manera desordenada, producto de que ambos jugaban con un hombre menos y gracias al nerviosismo que el mal arbitraje generó en muchos jugadores, a los 34 m y en la primera pelota que tocó el ingresado Augusto Sarmiento definió de emboquillada sobre Merani para poner al “Gallego” 2 a 1 arriba en el tanteador en lo que fue un verdadero golazo.
De allí hasta el final los dos siguieron buscando, pero Yrigoyen no pudo igualarlo y Española no supo cómo hacer para liquidarlo. Como último dato cabe destacar que a falta de un minuto de cumplirse el tiempo reglamentario, el dueño de casa sufrió una nueva expulsión, en este caso la de Fonseca por doble amarilla.
La figura
Andrés Ferrero. A pesar de la derrota, el polifuncional jugador de Hipólito Yrigoyen tuvo una destacada labor, por su entrega y sacrificio incansables en toda la cancha. En la visita se destacó el joven arquero Federico Arias, ya que en los peores momentos de su equipo aportó buenas intervenciones para sostener el triunfo.
El árbitro
Pésimo arbitraje de Fabio Monjes, que varió entre dos estilos de arbitraje. Por momentos dejó pasar todo y en ocasiones cobró por demás. Eso mismo lo hizo también a la hora de amonestar, inventando algunas amarillas y obviando otras tantas. Así, durante el segundo tiempo calentó un partido que durante la etapa inicial había sido tranquilo.