A dos semanas del descenso, Víctor Rena todavía dice no haber podido asimilar lo acontecido.
A la lesión en el tendón que lo sacó del campeonato en su mejor momento, se le sumó la posterior pérdida de categoría del equipo donde defendía con orgullo la cinta de capitán.
Como villamariense y simpatizante de Alumni, estima que la herida de ese cóctel negativo cicatrizará con el tiempo.
“Todavía no pasó el dolor, se va asimilando de a poco. No sé si va a pasar en realidad”, admite en una entrevista con EL DIARIO.
“Por ahora, el dolor es grande y cuesta aceptar que se haya perdido la categoría; si hubiera sucedido en otro club, el dolor hubiese estado, pero sería diferente porque acá se trata del club que uno quiere y porque, además, uno lo ve en cómo impactó en la gente de Villa María, especialmente en el hincha”.
-¿Para vos fue doble el dolor por no poder estar en ese último tramo del campeonato?
-Sí, se mezcló la impotencia y la bronca por no poder trasladar a la cancha toda la experiencia y las ganas que uno siempre tiene de estar. De todas maneras, aún cuando estábamos comprometidos, jamás se me pasó por la cabeza que íbamos a descender. Fue un dolor doble porque la expectativa para este campeonato era llegar a una clasificación y me encuentro con que ahora se ha perdido la categoría.
Lo de tu lesión no quedó claro. ¿Hubo reproches hacia algo o alguien?
-Este tema de mi lesión lo hablé dentro del club para que las cosas quedaran bien claras. Las ganas de volver siempre las tuve, pero creo que se barajó todo mal desde el principio porque lo que se interpretó como una lesión leve, en el fondo era más grave. Fue duro porque no me había lesionado en todo el campeonato y tenía asistencia perfecta en todos los entrenamientos y en los partidos. Hubo error en la rehabilitación y si esto no hubiese sucedido, yo podría haber jugado los últimos partidos. Así, los damnificados fueron el club, el cuerpo técnico, el equipo y yo. Pero no tengo rencor con nadie, todos somos humanos y cometemos errores, lo que pasa es que a este nivel, esos errores te cuestan caro.
-Tenés ruptura de tendón...
-Sí, estoy en plena rehabilitación, por mi cuenta. Calculo que tengo para un mes más. Gracias a Dios, no tuve que ir a cirugía.
-Tras el descenso, hablaste en un almuerzo con el plantel y el intendente para seguir apostando al futuro. ¿Tenés intenciones de quedarte para el Argentino B?
-Hablé, más allá de si continúo o no en el club, para los más pibes, para los que sigan, para los que quieran seguir, porque los más jóvenes son los que más revancha van a tener, para que no vuelvan a cometer los mismos errores y valoren donde están, cualquiera sea la condición en la que esté el club. Esto va más allá de eso.
Después, si arman una lista, soy siempre el primero en anotarme de los que quieren seguir, siempre y cuando el técnico que esté me necesite; pero, además, se tendría que armar algo más sólido. No se puede seguir afrontando un torneo como lo viene haciendo el club en los últimos años, ya que este descenso no es consecuencia sólo de la última campaña. Esto viene de arrastre.
-¿Qué te dejó Arzubialde?
-Primero y principal, su parte humana. Como persona, me gustó mucho escucharlo, aprender. Y como técnico, me sentí muy identificado con él porque siempre habló de ganar y de ir por más. Ese pensamiento es el que siempre tengo para afrontar cada partido y cada torneo, entonces es imposible no identificarse con sus palabras, ya que pienso igual que él.
-¿Pensás que no tuvo suerte?
-No, pienso que dentro de lo general, no se supo aprovechar a un técnico que quiso ir por más y sacar a Alumni de la seguidilla de años de malaria que traía. Eso es un poco culpa de partes importante como la dirigencia, afuera de la cancha, y de los jugadores, adentro, por no tener esa mentalidad ganadora y ese hambre de gloria.
-¿Hasta cuándo pensás seguir jugando?
-Ahora tengo 34 años y me gustaría jugar, por lo menos, hasta los 37; todo dependerá de cómo me vaya sintiendo y si no me apura el tema de querer ser técnico.
-¿Ya tenés el título de entrenador?
-Sí, hace un año y medio, pero todavía me siento jugador y cada día que pasa, tengo más ganas de jugar, sobre todo de ganar algo con Alumni a nivel nacional, ya que lo logré en la Liga Cordobesa, siendo más chico. Me gustaría lograr un ascenso como jugador y más adelante como técnico de Alumni, algún día. Siempre, desde que volví mi primera vez, en 2008, manifesté que Alumni tenía que llegar a la B Nacional. Todavía pienso lo mismo.
-¿Cómo quedó tu relación con los dirigentes? ¿Hubo roces?
-Mi relación con los dirigentes es y fue normal. Es un trato profesional de jugador a dirigente y siempre me dirigí así. Roces no tuve porque siempre trato de solucionar el problema antes de llegar al roce. A veces no se logra, pero cuando esto no sucede, el que queda mal parado es el jugador y ahí empiezan a señalarte. Creo que es un error, siempre y cuando uno se manifieste con respeto. Además, cada vez que pienso o siento algo, lo digo, aunque tengo que reconocer que esta temporada se dejaron pasar muchas cosas.
-¿Falta más gente en el club?
-Sí, Alumni no puede seguir trabajando con tan poca gente como está actualmente, si no se volverán a cometer los mismos errores. Igual creo que tiene que haber gente que quiera realmente trabajar en el club para un futuro exitoso. Y que los dejen trabajar desde adentro también.
-Siendo un jugador con experiencia en categorías de ascenso, ¿qué pensás que va a pasar en el Argentino B?
-Será un torneo muy difícil, como lo es actualmente. Creo que la clave de Alumni será que cambie la postura para este nuevo torneo. Para los Argentino A, el club llegaba como cenicienta, en cambio en el Argentino B será el rival a vencer, por eso para mí será clave que, tanto desde la dirigencia como desde el plantel, la mentalidad desde el inicio sea diferente.
-Si uno mira los resultados de los últimos 10 años, hace tiempo que no se visualiza esa postura ganadora. ¿Cómo se hace?
-Yo siempre dije que acá todo el mundo se olvidó de que Alumni siempre fue un club ganador. Y cuando hablo de todo el mundo, no hablo del hincha, hablo del jugador que viene o que surge de Alumni. Se ha cambiado un poco esa mentalidad de club. Cuando yo era más chico, en Alumni se jugaba a lograr títulos porque Alumni fue siempre un club exitoso. Pareciera que con los últimos años eso desapareció. Por eso, parte de mi perdón por este descenso fue hacia la gente, al hincha que siempre vio ganar seguido al equipo. Lo hice por no poder lograr aunque sea el objetivo de mantener la categoría. Ojalá Alumni, de ahora en más, con un cambio rotundo de mentalidad, diría desde las inferiores, vuelva a ser el club que fue.