"Queridos amigos, gracias por vuestra preocupación. A pesar del momento difícil, es la primera vez que estamos en la línea de fuego, nuestra situación es buena", expresó ayer a EL DIARIO, a través de un correo electrónico, el villamariense Eduardo Cabral.
Vale recordar que Eduardo y su familia están radicados desde hace varios años en la ciudad de Beer Sheeva, uno de los sitios israelíes alcanzados en los últimos días por los misiles lanzados por Hamas (ver más información en página 19).
Tras la invasión israelí a la franja de Gaza, Cabral se comunicó para llevar tranquilidad a familiares y conocidos en Argentina.
"Adriana y yo tenemos una casa con un cuarto reforzado y hemos recibido en estos días a Pablo (su hijo) y su familia", detalló el ex jugador y entrenador del Jockey Club.
"Ahora nuestro nieto y la madre se han ido unos días de visita a unos parientes del norte, que por el momento está tranquilo", agregó el villamariense.
"Lo único que podemos hacer por el momento es tratar de no exponernos, hacer lo que recomiendan las autoridades y seguir con nuestras ocupaciones habituales", indicó Cabral.
"No sabemos cómo y cuándo esto va a terminar pero sí que las cosas no pueden seguir como antes", concluyó.

Ciudad asediada

La ciudad de Beer Sheeva, de unos 180 mil habitantes, era hasta hace unos días ajena a la amenaza de los cohetes palestinos.
Sin embargo, al aumentarlos grupos armados de Gaza su poder de fuego con cohetes del tipo Grad, ponen en serio riesgo a la ciudad de Cabral y otras localidades cercanas a Gaza.
"Medio millón de israelíes son blanco potencial de los proyectiles palestinos", explicó el responsable de la oficina de Prensa del Gobierno israelí.