Ahí vienen. Tras un largo verano alimentándose en la región antártica, llegan a las inmediaciones de Puerto Madryn, en el norte de Chubut, para aparearse y dar a luz. Son las ballenas francas australes y su danza migratoria. Uno de los espectáculos naturales más emocionantes del mundo, que entre junio y diciembre de cada año atrae a turistas de los cinco continentes.
En realidad, en este 2013 la temporada de avistaje viene adelantada. Ya a fines de febrero, ciudadanos locales comenzaron a ver los primeros ejemplares, por lo que se presume que los próximos meses serán de récord. En 2012 se observaron más de 1.700 ballenas, cuando en años anteriores aquella cifra no pasaba de las 500. A través de una excursión en bote, o simplemente desde la costa, la ocasión se presenta próspera para la comunión con estos maravillosos cetáceos.
En Península Valdés
El Area Natural Protegida Península Valdés es, por definición, el mejor sitio para realizar los avistajes. El lugar, declarado Patrimonio de la Humanidad y ubicado a 75 kilómetros de Puerto Madryn, resulta el punto predilecto de las ballenas en su visita anual. Y Puerto Pirámides es la aldea desde donde salen las embarcaciones para mirarlas. Media docena de empresas cargan visitantes y los transportan mar adentro, en un paseo de aproximadamente una hora. En las narices de incrédulos turistas, moles de hasta 15 metros de largo suben a la superficie para el asombro general. Los particulares sonidos que emiten, música de la naturaleza, sirven de telón de fondo.
Sin embargo, la excursión en navío no es la única manera de hacer cita con los gigantescos animales: ya desde la costa misma es posible observar sus movimientos. Figuras de 50 toneladas saltando y derrumbándose en el agua, y colas que suben bien arriba, casi como saludando al público presente. La caminata también autoriza a apreciar distintos rincones de la reserva, como Punta Delgada, Caleta Valdés, Punta Norte e Isla de los Pájaros. Un recorrido que nos lleva a sorprendernos con la belleza de Península Valdés, su flora y sobre todo su riquísima fauna. En ese sentido, vale destacar la presencia de zorros, guanacos y liebres, pero fundamentalmente de elefantes y lobos marinos, delfines (aunque sólo de diciembre a marzo), y gran cantidad de aves. Asimismo, el parque permite realizar distintas actividades alternativas, como excursiones por playas y cuevas, buceo y hasta travesías en kayak.
En El Doradillo
Otro de los sectores recomendados para contemplar las ballenas es el de El Doradillo, un área protegida ubicada a apenas 14 kilómetros de Puerto Madryn. Se trata de un espacio de enorme belleza marítima, que abarca unos 25 kilómetros de costa, entre Punta Arco y Cerro Prismático.
Desde la playa, ya en setiembre y octubre resulta normal ver a las hembras con sus crías. Cantidad de ejemplares dan vida a la temporada alta, y por ende, a una mayor demanda y precios más altos que en junio, julio o agosto. Sea en el mes que sea, con la tarifa que sea, la experiencia se paga sola.