La Unidad Regional Departamental General San Martín y otras jefaturas de departamentos vecinos dieron a conocer una serie de consejos útiles para evitar ser víctima de engaños telefónicos.
El respecto, la Policía de Villa María dio cuenta que continúa su trabajo para brindar seguridad a la ciudadanía, para lo cual tiene como principal eje de acción el conocimiento.
Los investigadores recomiendan realizar la denuncia a la Policía y no aportar información a los presuntos secuestradores.
En primer lugar se debe tener en cuenta que el secuestro virtual es una forma de secuestro extorsivo que se inicia con la llamada de un delincuente a una víctima elegida al azar, para informar sobre el supuesto secuestro de un familiar y exige el pago de un rescate bajo amenaza de matar al rehén si alguien llama a la Policía.
Operatoria
Los delincuentes consiguen un paquete de celulares y una buena cantidad de chips (generalmente clonados) para efectuar las llamadas. Estos chips son intercambiados entre los aparatos, lo que dificulta que las llamadas sean rastreadas. Por la misma razón, el individuo que hace las llamadas está en constante movimiento para no ser detectado por la Policía.
Ahora bien, cuando la extorsión se comete desde la cárcel, la comunicación se efectúa desde los teléfonos públicos situados en los pabellones de la unidad penitenciaria.
Con más o menos variantes, la comunicación que se entabla suele ser la siguiente: “Hola, le llamo desde una empresa de emergencias médicas. Tenemos a un familiar suyo herido en un accidente, está inconsciente. ¿Sabe quién puede ser?”, son las palabras que pronuncia el delincuente. Cuando esto ocurre, la víctima no tarda en dar un nombre, que precisamente es el dato que necesita el delincuente que usará para sacar provecho.
Por lo general, llaman en horarios de la mañana y la tarde, que es cuando algún integrante siempre falta del hogar: si es adulto, porque está trabajando; si es menor, porque está estudiando. Hubo casos de llamadas los fines de semana a la noche, cuando los jóvenes suelen estar fuera de casa en boliches o fiestas.
Sobreviene, en ese instante, lo que se denomina “el apriete”, momento en el que los delincuentes exigen que el pago de dinero se realice en pocas horas e insisten a las víctimas con que no avisen a la Policía.
Por lo general, los supuestos secuestradores precisarán que el dinero del rescate se deberá entregar en un sitio neutral (un bar, una esquina, un descampado u otro lugar).
Consejos
En esta situación, la Policía recuerda que la población deberá actuar de la siguiente manera:
Ante un llamado donde una supuesta autoridad le avisa acerca de un familiar accidentado, corte la llamada y procure contactarse con la persona supuestamente accidentada. Se debe saber que, ante estas situaciones (un accidente), la Policía informa personalmente con efectivos uniformados y móvil policial identificable.
Esté atento ya que, generalmente, estas personas se hacen pasar por policías, inspectores municipales o médicos.
Por otro lado, para reducir las posibilidades de ser víctima de engaños telefónicos, se aconseja no llenar con datos personales los cupones de procedencia desconocida que existan en comercios, cines, boliches, en la calle o correos electrónicos.
Así, hay que ser cautos cuando se recepte un llamado proveniente de algún establecimiento penitenciario. Aquellas personas que no tengan en la cárcel algún familiar o conocido que pudiera querer comunicarse, no deben dudar en rechazar la llamada y en forma inmediata dar cuenta del caso a la Policía.
Por otro lado, si un desconocido llama para informar sobre el secuestro de un familiar, no dude en cortar la llamada y trate de comunicarse inmediatamente con la persona supuestamente secuestrada y con el 101, que es el teléfono de la Patrulla Preventiva.
Se exhorta, por otro lado, no registrar en los teléfonos celulares nominaciones como “Mami”, “Papi” o “Casa”, sino que se debe colocar, antes bien, los nombres de las personas.
No brinde ningún dato o información a la persona que lo está llamando, de ningún tema y menos sobre familiares que estuvieran ausentes en ese momento.
Las denuncias sobre estos hechos deben formularse en la unidad judicial de su zona.