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Roberto Antonio Cuello, nació hace 66 años en Villa María y, por razones de trabajo debió marcharse a Salta. Este fin de año volvió por las fiestas, pero "viví uno de los momentos más difíciles por el atropello que tuve que soportar" |
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"Mire, señor, si usted supiera la humillación que sentí, el vejamen moral que tuvieron conmigo... le aseguro que no voy a volver más a Villa María... es más, yo mismo me voy a encargar de hacerle conocer al país cómo te trata la Policía en esta ciudad..."
Con estas expresiones inició ayer tarde su denuncia por abuso policial Roberto Antonio Cuello, quien nació en Villa María hace 66 años y, a los 19, por razones laborales, debió irse a Salta, donde actualmente reside.
Llegó a la ciudad, con las fiestas encima el 27 de diciembre pasado, "a visitar a algunos familiares por parte de mi madre" y, "desde entonces estoy acá".
Pero el viernes 2 del corriente "anduve con mi primo, en su auto (un taxi de la ciudad de Córdoba), porque quería comprar EL DIARIO, porque me gusta enterarme de las cosas de acá", dijo Cuello.
Fue así que "llegamos hasta el centro y estacionamos el auto, que tiene un color verde que resalta, en calle San Martín, frente al local de Calzados Salomón, pero junto a la vereda opuesta", agregó.
"Vi que había un policía que estaba con un handy en la otra vereda, pero nunca imaginé lo que iba a suceder", expresó y continuó describiendo: "Fuimos a una confitería que está cruzando la calle, tomamos un café con mi primo y, cuando volvimos y nos disponíamos a subir al auto, el policía que estaba con el handy se cruzó y nos dijo que no podíamos subir".
Cuando le preguntaron por qué, "nos dijo que el coche (un Ford Escort, modelo 2000) tenía pedido de secuestro porque había sido robado en Córdoba hace seis años" (2001) y, efectivamente, "se lo habían robado a mi primo, pero a los pocos días lo recuperó... aunque la Policía nunca bajó del registro que tiene el pedido de secuestro, pese a que el auto ya había vuelto a poder de su dueño y, es más, es un taxi que anda todos los días por las calles de Córdoba".
En ese instante, refirió Cuello, llegó un móvil de la Patrulla Preventiva con tres uniformados, "uno de ellos era un cabo".
"Directamente arrebataron el documento de las manos de mi primo, cosa que un funcionario policial no debe hacer", acotó.
"Cuando me pidieron el documento, yo no lo llevaba encima, eso lo reconozco, pero no era para tratarme así, viera la humillación que sentí ante toda la gente que nos miraba", dijo indignado.
Acto seguido, "nos dijeron que fuéramos hasta la Comisaría (General Paz 317), pero en el asiento de atrás del auto, sin mediar ninguna orden judicial, subieron dos policías, cosa que tampoco pueden hacer porque se trata de una propiedad privada".
Fueron llevados a la Guardia, donde debieron permanecer casi tres horas, mientras averiguaban la situación del auto. "Todo ese tiempo se quedaron con el documento de mi primo, siempre hubo un policía que nos vigilaba como si fuéramos delincuentes y en ningún momento registraron nuestro ingreso, así que hoy, si uno va a averiguar, es como si nosotros no estuvimos ahí", dijo.
El oficial a cargo de la Guardia ordenó que "de aquí no se va nadie" y "no pudimos ir a ninguna parte, al punto que me negaron en tres ocasiones la posibilidad de ir al baño, y el colmo fue que me llevaron al baño de la estación de servicio que está en Alem y San Juan, con la custodia de un policía".
"No tienen criterio, no tienen profesionalismo, no tienen ética. Uno cuando entra no tiene nombre sino que es 'el otro'. Es una vergüenza", manifestó, a la vez que aseguró que "esto no va a quedar así, se lo aseguro. Ahora, me pregunto, ¿con esta Policía el intendente quiere que la gente venga a visitar Villa María? Yo mismo me voy a encargar de decir lo que pasa acá", concluyó
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