El viernes por la noche, el humorista santafesino Ariel Tarico demostró en el Teatro Verdi por qué es uno de los nuevos talentos con mayor futuro dentro del género de la imitación. Con una dinámica avasallante y con pocas pausas, el artista demuele simbólicamente a toda la plana política, dirigencial, periodística y de espectáculos, sin atender a partidismos coyunturales, dado que caracteriza con la misma mordacidad y picardía a oficialistas como opositores.
Afincado en un guión bastante aceitado y eficaz, Tarico corporiza aquellos personajes que han desfilado por las radios donde él ha trabajado. Los más logrados y aplaudidos son Maravilla Martínez, Marcelo Bonelli, Moyano y un Kirchner de antología, presentado como ángel demoníaco. La sorpresa, sin dudas, fue en la apertura el Papa Francisco y de yapa el personaje Bety de Barrio Norte, un mix de Mirtha Legrand con el más rancio pensamiento “cacerolero”.
Aunque todavía deba ajustar algunos personajes y pasajes del show, es una apuesta prometedora. Lástima que acudió menos de la mitad de sala.
Juan Ramón Seia