A principio del año 1940 inició sus actividades la escuela que años después se denominaría “José Mármol”. En aquel tiempo aún ejercía la Intendencia el radical Emilio Seydell, uno de los jefes comunales que más hizo por la educación en la ciudad. En ese mismo año asumió la Intendencia otro gran político local, el “turco” Salomón Deiver, y el Dr. Raúl Fernández estaba al frente del Consejo Provincial de Educación. Ese fue el contexto en el cual inició su andar la que entonces era conocida como Escuela Fiscal Mixta de 3ra. categoría del Barrio Bonoris.
Inicios en calle Salta
Las paredes de una vieja casona situada en Salta 379 fueron testigos de los intentos y logros de los primeros alumnos del nuevo establecimiento educacional. Ante la decisión del Gobierno provincial, liderado por Amadeo Sabattini, hasta mayo de 1940, desde el Poder Ejecutivo municipal de Villa María se promulgó el decreto 550 “C” en cuyos considerando se señala “resultando indispensable la cooperación municipal para el pago del alquiler de una nueva escuela que el Consejo General de Educación está dispuesto a establecer en el Barrio Bonoris de esta ciudad de acuerdo a lo solicitado oportunamente, por cuanto aquel organismo no tiene partida suficiente para atender ese gasto que asciende a $70 m/n mensuales, por ser una sola la casa que ofrece las comodidades necesaria en el barrio, que es de propiedad de la señorita Albina Bonoris…”. A partir de eso el municipio decretó que se arrendara esa finca “por el término de un año…”. La crónica señala que la primera directora de la institución fue la maestra Amelia Solís Otero.
Del costo del alquiler, el Consejo de Educación aportó mensualmente cuarenta pesos. El contrato fue renovándose año a año. Así, por ejemplo, encontramos la Resolución Nº 92 dictada por el Comisionado Municipal en 1956 referida a los alquileres de la propiedad de Albina Bonoris “donde funciona la escuela” en calle Salta al trescientos, esquina Italia. Para entonces la institución ya tenía el nombre de José Mármol, el que se le había impuesto en 1943.
Pedidos de terreno
En 1958 fue cuando las autoridades educacionales la elevaron a 2da. categoría. En el mes de noviembre de ese mismo año la Asociación Cooperadora remitió una nota al comisionado municipal “para hacerle un pedido que creemos justo por ser de suma necesidad”. Firmaron el señor Polanco y María Teresa Pons, presidente y secretaria de la Cooperadora. Solicitaron la donación de “un terreno de los tantos de su propiedad que hay en el barrio donde está funcionando -la escuela- para así, contando con él, tener una base para hacer llegar al Superior Gobierno de la Provincia el pedido de un edificio propio que tanta falta hace”. Se destacaba el “poco espacio existente” para las actividades de enseñanza.
El pedido de tierras para hacer la escuela nueva ya tenía antecedentes pues desde años anteriores se venía planteando la falta de comodidades para que en el local de calle Salta funcionara la escuela. Así en 1953 el intendente municipal José Perazzolo había recibido una nota firmada por Miguel Angel Moyano e Ivonne S. López, presidente de la Cooperadora y directora del colegio respectivamente, planteándole que el lugar “no reúne las condiciones necesarias, careciendo hasta la cantidad de baños para el alumnado”. Por ello le solicitaban la donación del “terreno situado entre las calles San Juan y Colombia” el cual ya había sido pedido mediante expediente formado en 1949. Incluso un año antes, en 1948, y sin especificar un terreno determinado la misma Cooperadora también había solicitado tierra para un nuevo edificio.
Deudas de alquiler
Tiempo después, en febrero de 1960, Juan José Picchio, jefe del Departamento de Obras Públicas municipal realizó un informe señalando el deterioro de la casa de la calle Salta. Entre otras cosas escribió que “una de las paredes exteriores… presenta una grieta en toda la extensión vertical del muro; la puerta principal de entrada, está en pésimo estado como así también el cielorraso. Además no cuenta con baños instalados sino que tiene dos letrinas en deficientes condiciones de higiene”. Tomando como base ese informe el intendente Deiver, que estaba en su segundo mandato, dictó el Decreto 1.421 “S” mediante el cual ordenó: “Declárese inhabitable y procédase a la clausura de la finca sita en calle Salta 373… por ofrecer peligro de derrumbamiento y carecer de elementales condiciones de higiene”. A la vez se emplazó al propietario, en el decreto dice “Dr. Carlos F. Bonoris… para que en el término de 20 días proceda a su desocupación y posterior demolición…”.
Luego que ingresa otro jefe comunal el mencionado Picchio, en el expediente 61669 de setiembre de 1960, le señala a comisionado municipal Alfredo Vijande cuestiones relacionadas con aquella declaración de inhabitabilidad del edificio. Picchio dijo que en el tiempo de esa declaración los propietarios del edificio solían concurrir reiteradamente al municipio solicitando se lo declarara “inhabitable”, pero que cuando él hizo la inspección no habló de condiciones de tanto deterioro en la casona y que nunca no constató el supuesto peligro de derrumbe. También destaca que lo ordenado en el Decreto 1.421 fue algo del “agrado” de los dueños del edificio y que el “único propósito” fue lograr “desalojar la escuela”.
Luego de que se desocupó la casa la misma fue reacondicionada por lo cual el municipio decretó que debía regresar la escuela al lugar. Posición compartida por el Consejo de Educación. Pero los propietarios no pensaban lo mismo, lo que llevó a que las diferencias llegaran a los estrados judiciales. En realidad el municipio adeudaba varios meses de alquiler. Albina Bonoris reclamó insistentemente que se le abonara, pero recién en marzo de 1962 logró cobrar el pago de los trece meses adeudados del tiempo en que la escuela funcionó en su casa hasta marzo de 1960 cuando fue trasladada al IPET N°2 “Domingo Faustino Sarmiento”, más reconocida como “Escuela del Trabajo”. En esa deuda estaba la razón del porqué los propietarios no tenían interés de continuar alquilando la propiedad.
Edificio nuevo
El tema del terreno para la escuela continuó dando tela para cortar. En 1957 el comisionado municipal Isidro Fernández Núñez donó a la provincia un solar para que allí se construyera la nueva escuela. En nota intercambiada con Nelly Grisoni, directora del establecimiento educacional, acerca del pedido de terreno que ésta le realizara, Fernández Núñez escribió: “Es inadmisible que una escuela de la patria funcione en lugar inadecuado, insalubre y sin llegar las más elementales comodidades a la que la niñez argentina tiene derecho… cuánto dinero se ha derrochado en este país en cosas inútiles y superfluas. En qué lamentable estado se ha recibido la escuela argentina, desde donde el niño debe empezar a formar su personalidad”. El terreno donado por el comisionado era el de la esquina formada por las calles San Juan y Colombia. Años después Vijande, en 1962, actualizó esa donación y debido a que ese terreno resultaba insuficiente se anexaron otras parcelas colindantes.
Más allá del tema del edificio la comunidad educativa de “la Mármol” continuó su marcha y en el año 1964 fue ascendida a escuela de 1ra. categoría. Fue en 1971 cuando se iniciaron las obras del nuevo edificio en la avenida Naciones Unidas entre Italia y Colombia. El 24 de setiembre de 1977, plena dictadura, se desarrolló el acto inaugural de la nueva casa escolar. Según el programa del acto que se desarrolló en esa oportunidad, en el encuentro hablaron el presidente de la Cooperadora Enrique Nicola, la directora Clelia Fernández, la directora del Jardín de Infantes Lilián Elizabeth Falco y autoridades gubernamentales.