Dos jóvenes fueron condenados ayer por haber asaltado un quiosco de Villa Nueva, de donde sólo pudieron llevarse una etiqueta de cigarrillos luego de intimidar al propietario del local con un revólver de juguete.
Se trata de Jorge Alberto Royero y Luis Emanuel Gómez, quienes confesaron su participación en el singular atraco cometido el 30 de octubre pasado en el comercio ubicado en Marcos Juárez 879, en la vecina ciudad.
Ambos convictos recibieron una pena de tres años de prisión de cumplimiento efectivo y se los declaró reincidentes, porque registran antecedentes penales por diferentes delitos contra la propiedad. Por esa misma razón no podrán acceder a la “libertad condicional” y tendrán que cumplir casi la totalidad de la pena impuesta.
Royero, alias “Lito”, de 29 años de edad, fue declarado autor de “robo calificado” por uso de arma de utilería, mientras que a Gómez, de 26, se lo declaró “partícipe necesario” del mismo delito, que es legislado por el artículo 166 del Código Penal de la Nación.
Al respecto, el último párrafo del citado artículo establece que “si el robo se cometiere con un arma de fuego cuya aptitud para el disparo no pudiera tenerse de ningún modo por acreditada, o con un arma de utilería, la pena será de tres a 10 años de prisión”.
Royero y Gómez llegaron en un automóvil hasta el quiosco “Carlitos” con el fin de perpetrar un asalto; el primero de ellos ingresó al local empuñando un revólver de plástico, mientras que su cómplice quedó al comando del vehículo, haciendo las veces de campana.
Una vez adentro, Royero amenazó al dueño del negocio y le exigió el dinero de la recaudación, al tiempo que comenzaba a sustraer algo de mercadería. Sin embargo, antes de que pudiera hacerse del botín, el comerciante comenzó a gritar pidiendo ayuda, lo que asustó al delincuente y lo puso en fuga con tan sólo una etiqueta de cigarrillos en su poder.
Ambos ladrones se dieron a la fuga, pero fueron detenidos pocos minutos después porque sufrieron la pinchadura de uno de los neumáticos del rodado, lo que facilitó la tarea de los efectivos policiales que trabajaban en el esclarecimiento del hecho.
La confesión de Royero y Gómez posibilitó que el juicio se realizara bajo la modalidad de trámite abreviado. La audiencia fue presidida por la camarista Silvia Saslavsky de Camandone y contó con la participación del fiscal Francisco Márquez y del abogado Héctor Eduardo Font (ejerció la Defensa de ambos acusados), mientras que la secretaria actuante fue Gabriela Sanz.