Una ayuda, para muchos mínima, puede cambiarle la vida a la familia de Ezequiel Aliente, quien necesita de la solidaridad de los vecinos para adquirir un par de baterías con gel que en Villa María cuestan 3.550 pesos.
Esas baterías no recargables, le posibilita movilizar los motores de la silla de ruedas que le da independencia para movilizarse y así poder trabajar para sostener a la familia.
El joven nació sin manos ni piernas (tetrafocomelia). Pese a la dificultad, se integró en el ámbito escolar, no sin que representara una lucha para su madre. "Al principio, en los primeros años del primario, no tenía ninguna silla, por lo que me llevaban alzando hasta la escuela y me iban a buscar", relató. En algunas instituciones educativas no me querían recibir por ese problema", dijo.
Ya en cuarto grado, logró conseguir una silla y a partir de allí se pudo movilizar mejor.
"Con el esfuerzo de muchos amigos de Villa Allende, ciudad donde nací, logramos comprar la silla a motor, que costó unos 20 mil pesos", dijo.
"Esa silla marcó un antes y un después en mi vida, porque pude sentirme más libre y saber que tenía otras perspectivas", agregó.
La importancia de los motores izquierdo y derecho de la silla que tiene gracias al esfuerzo y la solidaridad, es lo que le permite movilizarse sin "bracear", algo que le cuesta sobremanera por la falta de extremidades superiores.
La silla a motor le permitió pensarse capaz de formar una familia y así fue que hoy, en Villa María, vive con su mujer y la hija. "Eso me hace muy feliz, llegar a casa y encontrar el abrazo de los que más quiero, te ayuda a ser fuerte y seguir adelante cada día", dijo.
Desde que estuvo radicado en Villa María, se integró a la Cooperativa "Crecer Juntos", con los que hacen y comercializan la revista íntegramente hecha por personas con discapacidad.
“Es difícil conseguir un empleo formal, pese a que hay leyes que contemplan un cupo para personas con discapacidad, siempre se retacea el empleo”, señaló.
Por eso, la actividad con la Cooperativa se convirtió en la principal fuente de recursos económicos para él y la familia.
Pero el problema se presentó hace algunos días atrás, cuando la batería a gel con la que inició esta nueva etapa de la vida, comenzó a agotarse. "No me animo a salir de mi casa porque tengo miedo de que no me alcance para volver", señala el joven de 24 años, quien vive en el barrio Los Olmos.
Cómo ayudar
La batería que requiere Ezequiel Aliente tiene las siguientes características:
12 voltios
24AH
16,5 x 12,5 x 17,5
Código A907
Cuesta 3.550 pesos
Quien pueda colaborar puede dirigirse a la oficina de la Cooperativa Crecer Juntos, ubicada en el Paseo de la Villa (local 28) o bien comunicarse al teléfono 154262750 (Silvina Jerez, directora de la revista).
Crecer Juntos, un signo de esperanza
La Cooperativa Crecer Juntos se formó hace dos años y además de editar la revista íntegramente hecha por personas con discapacidad, son los mismos socios los que la comercializan en la calle (la mitad es para el vendedor). Hoy, están ampliando sus horizontes con otros servicios de impresión como tarjetas, folletería, volantes y otros.
Dos de las mamás que integran la Cooperativa, Estela Gladys Martínez y Rosaura Vedelago, estuvieron en EL DIARIO acompañando a Ezequiel.
"Hemos visto que tras la formación del grupo, se le abre un mundo nuevo a los integrantes", indicaron.
Las historias de los nueve socios fijos se van entrecruzando en el relato de las mamás. Las dos se emocionan cuando piensan en la timidez de una joven discapacitada motriz que prácticamente no puede movilizar las manos y que hoy, está estudiando diseño gráfico dado que reveló una gran capacidad en esa área.
La de los chicos con Síndrome de Down y otros con discapacidades intelectuales, quienes ampliaron su vocabulario y la capacidad de comunicación.
"Es tan lindo ver que si les gusta una remera, pueden ahorrar para comprarla. Otro adquirió una batería, un tercero, una guitarra. También pudieron comprarse, con lo que recaudan con la revista, auriculares o teléfonos celulares. El valor que le dan a esos objetos que compraron con lo que ganaron es increíble. Y también es increíble como eso aumenta su autoestima", dijeron.
"Desde que imprimimos la revista en la Cooperativa Comunicar, editora de EL DIARIO, pudimos crecer mucho. De estar sentadas en la plaza o en el subnivel repartiendo las revistas con frío o al rayo del sol, hoy tenemos local, compramos una computadora nueva y otra impresora. Estamos muy agradecidos", indicaron.
Cabe señalar que no tienen ayuda oficial y que todo lo que producen es para seguir de la mano, integrando y creciendo juntos, para hacer de Villa María una ciudad menos discapacitada.