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Lucas Juncos escoltado por dos grandes: El “Gato” Romero y el “Pato” Cabrera |
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Escribe: Héctor Cavagliato
(golfuniversal@arnet.com.ar)
Cuando advertimos la proliferación de canchas por toda la geografía de nuestra provincia no hacemos más que avizorar lo que en todo el territorio nacional y también de muchos países del mundo se ha consolidado como un fenómeno imparable de crecimiento de esta disciplina que encierra pasión, técnica, ciencia, estrategia, espíritu de superación, amor a la naturaleza y a su fauna, amistad, compañerismo, rivalidad, nervios, arrebatos, calma, confraternidad, fanatismo, alegría y hasta un místico culto por el estado físico con sus efectos terapéuticos hasta de los menos dotados de excelencia atlética.
Por eso, sumado al fenómeno que ha prendido en grandes y chicos de todas las edades, condiciones y situación laboral o económica, se contabiliza el haber descubierto que es uno de los mejores y más completos que no reconoce límites de ningún tipo. Desde el pequeño que apenas comienza a caminar hasta los más entrados en años, kilos, canas o lo que sea, pasando por los esfuerzos de cómo solventar sus costos - no siempre tan grandes como el imaginario popular considera erróneamente - todos pueden acceder a su práctica. Al fin y al cabo cuesta mucho menos que ser un fumador empedernido que quema su dinero y su salud que nunca habrá de recuperar.
Todo evoluciona y a diario aparecen nuevos equipamientos, pero siempre sirven aún los que llevan muchos años de uso. También aparecen alternativas de provisiones y de capacitación técnica que agregan valor a las condiciones de cada uno.
La nutrida agenda de torneos con el respaldo de muy buenos premios aportados por sponsors motivaron la nutrida participación que, casi siempre, superó largamente el centenar de inscriptos.
Lo que tenemos
En el ámbito local se cuenta con un numeroso caudal de jugadores que se incorporaron a la práctica activa. Grandes y chicos que fueron promovidos a obtener su handicap. Otros muchos principiantes van por el mismo camino. Todos ellos sumados a los experimentados de muchos años garantizan un capital humano invalorable que hay que cuidar, preservar e incentivar.
Entre los menores hay muchos con gran proyección: Nicolás Zanettini, Valentín y Constanza Baricco, Cristian Romitelli, Romina Hidalgo Ceballos, Gerardo Gómez, Federico Montagner, Bruno Bonzi y Mariano Bertón son algunos de los nombres más encumbrados y constantes promesas, a los que se deben sumar - con intermitencias - a Luis Gianinetto y Federico Galdeano. A ello hay que agregar una reserva incalculable en los 60 chicos que se están formando en la escuelita que orienta el profesional Gustavo Escalarea.
El mejor del año, sin dudas, fue Mariano Córdoba y muchos otros hacen ingentes esfuerzos por superarse o mantenerse como Marcelo Raspo (en la foto saludando al campeón del Club 2008), Jorge Ferreyra, Santiago Bianco, Pablo y César Juncos, además de otros entusiastas cultores del golf como Sergio Cacciamani, Fernando Zóttola. Se suman a ellos el recientemente promovido a una cifra de handicap Sergio Montagner, los hermanos Marcelloni, los Daniel, los Martos, los Alanis, Matías Calderón y hasta la creciente evolución del presidente Roberto Abatedaga también en el juego como en la conducción del club.
Su mejor año
El único jugador profesional del Villa María Golf Club es Lucas Sebastián Juncos, el menor de los tres hermanos cultores del golf que tuvo un año muy positivo. Jugó varios torneos nacionales e internacionales.
Obtuvo valiosos logros, pasó muchos cortes clasificatorios y hasta se dio el gusto de jugarle de igual a igual a Angel “Pato” Cabrera que, al igual que el “Gato” lo está ayudando y alentando de modo muy positivo.
Tiene capacidad y talento y sólo necesita que se lo respalde para que el proyecto se transforme pronto en realidad. Pensar que compartió inicios con Andrés Romero y Paulo Pinto reafirman el concepto.
Internacional
Sin dudas que la vigencia de Eduardo Romero que ganó el US SeniorsOpen, entre otros certámenes valiosos, y el tucumano Andrés “Pigu” Romero, sobresalieron entre tantos que buscan en el plano europeo y norteamericano consolidar sus futuros y hasta sobre el propio Cabrera que declinó tras ganar el US Open 2007, como que se durmió un poco, en los laureles.
Hay una camada que se viene abriendo paso en el difícil, sacrificado y competitivo campo de los rentados.
El gran ausente
Hasta sus rivales. Y qué decir de la televisión sin su magnetismo. Porque no es lo mismo un certamen con el número 1 del mundo que sin él.
Tiger Woods, el más grande de todos los tiempos, volverá tras su operación, tal vez un par de semanas antes de Augusta. ¿Será el mismo o mejor?
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