La Jauretche Villa María, a través de Andrés Cerón, expresó: “En respuesta a la Juventud Radical, consideramos que si algo ha marcado estos 10 años del Gobierno kirchnerista ha sido que lo ‘no decible’, caro a la memoria argentina, fue por todos lados dicho: montonera, terroristas, marea roja, marxistas, maoístas, comparaciones con el nazismo, con Cuba.
En esta línea, agregaron que todos estos hechos formaron “un extraño popurrí en donde todas estas palabras, dotadas de su carga conceptual en boca de quien las pronunciaba, era más o menos lo mismo, es decir, da lo mismo “el Che” o Hitler. Si bien no es para nosotros ningún pecado haber leído Marx o reivindicar las justas ideas de los militantes de los 70, para muchos de los que pronunciaban esas frases, significaba que el país estaba al borde de perder su rumbo civilizado, occidental y cristiano “.
“El Estado con el pueblo”
Continuaron: “Y aquí es probablemente donde el kirchnerismo no nos ha pasado por el lado: como si Gramsci estuviera desde el cielo acomodando las piezas, se han formado en Argentina, en estos últimos 10 años, dos grandes bloques con capacidad de poder (ejercer su voluntad), en una inmensa disrupción, a veces un poco trágica por lo históricamente reiterativa: o a la economía lo controla el Estado en beneficio del pueblo o la controlan las corporaciones”.
Siguieron diciendo: “No se nos ha dado en ningún momento por designio divino algún destino de grandeza y, por eso, apostamos a construirlo. No en vano reivindicamos a Mariano Moreno, Yrigoyen, Perón, Alfonsín y a la militancia popular en todas sus etapas y formas. Grandeza es justicia, igualdad, libertad y soberanía. Los procesos populares en Argentina nunca se han visto desprovistos de contradicciones, ¿o el Gobierno de Alfonsín se puede definir por las leyes de Obediencia Debida y Punto Final? No es sólo en el plano de lo formal donde las transformaciones se vislumbran (una, sólo una: la creación de cinco millones de puestos de trabajo), sino tal vez, y las más importantes, son en la economía de las emociones y de las organizaciones populares”.
Nunca Más
En tanto, subrayaron: “No fue para nosotros una década desperdiciada. Si se quiere, fueron 10 años donde se construyó un piso: Nunca Más el terrorismo de estado, Nunca Más el neoliberalismo, Nunca Más la imposición desde afuera, Nunca Más el beneficio de los pocos y el pesar de los muchos”.
Y añadieron que “hace más de 30 años que los que estabilizan y desestabilizan este país son los mismos. Ahora lo están intentando, pero no lo lograrán. No nos hace falta volver a citar a todos y cada uno de los números de estos 10 años ni recordar que venimos de un país con más de 50% de la población en la pobreza. Ni de acordarse de lo malo que es Clarín y lo poco que significa 678 en comparación. Muchos aciertos se han acometido, errores también. Pero siempre se fue para adelante”.
La apuesta no es quedarnos en defender lo hecho con uñas y dientes (que lo haremos, si hace falta), sino seguir construyendo sobre esta base, como bien claro lo dejó la presidenta el día sábado. Si no nos organizamos, van a venir por nosotros (radicales, peronistas, socialistas) y por lo hecho, como lo hicieron siempre.