Para cuando salió al mercado la placa titulada "Animals" a comienzos de 1977, los fans de Pink Floyd ya estaban acostumbrados al modo conceptual que la banda imprimía a la hora de componer sus canciones. Sin embargo, pocos seguidores del grupo en cuestión se hubieran imaginado lo extravagante del LP que siguió a la grandeza electrónica que se supone fue "Wish you were here" (Deseo que estuvieras aquí). A pesar de las diferencias evidentes entre un long play y el otro, "Animals" prosiguió su política de creatividad temática con importantes resultados. En principio, el disco trataba sobre el mejor amigo del hombre y dos de los más familiares animales de la granja, pero como sucedió siempre con la sociedad liderada por Waters y Gilmour, hubo en el disco más de lo que se podía advertir o escuchar según el análisis de cierta parte de la prensa especializada. Utilizando el mundo animal como metáfora de la debilidad humana, la formación (en especial el letrista, Roger Waters), fija sus sentidos en la muerte, la decadencia, la avaricia, el sexo, los celos y otros puntos de la vida cotidiana. En el tema "Pigs (Three Diferents Ones)", hay incluso una referencia a Mary Whitehouse, la británica que con su cruzada a lo largo de la década del 70, intentó regresar a "los sanos valores del pasado", y que le valió el título extraoficial de guardiana moral de la Nación. Además de las canciones incluidas en el LP, "Animals" contiene varios de los elementos distintivos de Pink Floyd, como algunos intrincados solos de guitarra de Dave Gilmour. Con todo, el disco parece haber impactado menos en los sentimientos de los fans yanquis, comparándolo con trabajos anteriores de la banda inglesa en la mismísima tierra de Elvis. En los Estados Unidos, alcanzó sólo el puesto Nº 3 de la lista de los 100 mejores, mientras que en el Reino Unido llegó a ocupar el puesto Nº 2. Este álbum estuvo 28 semanas en las listas y recibió su triple disco de platino en 1989. Para la estadística, "Animals" vendió cuatro millones de copias y fue puesto a la venta en las tiendas de discos en febrero de 1977.
Recuerdos de la Villa
Una firma con historia
Nació durante el mes de un nuevo aniversario de la Villa, allá por 1934, cuando nuestra ciudad apenas superaba las 30 mil almas. Fueron sus fundadores, Mario A. Berrini y Jaime L. Fenés. El primero, con una aquilatada experiencia en el rubro automotor, mientras que su par, venía de recorrer los difíciles caminos de las ventas, ejerciendo como representante zonal de una prestigiosa firma de la ciudad santafesina de Rosario. Nada en especial cuenta la historia sobre cómo se decidieron por la denominación del proyecto, simplemente la etiquetaron como "Fenés y Berrini", sin más. Comenzaron siendo representantes oficiales de una automotriz archiconocida, cuya central estaba y sigue estando en los Estados Unidos, pero que en nuestro país, tenía su sede y su planta de operarios en la ciudad de Buenos Aires. Corrían tiempos de importación de autos y de vehículos de gran porte. Al principio, fueron testigos de una Villa sin pavimento. La firma tuvo su primer emplazamiento sobre calle Entre Ríos al 1031, y con el peso de su propio y genuino crecimiento se mudó en 1940 al imponente edificio de Leandro N.Alem esquina Santa Fe. Llegaron a contar con la asistencia de 120 empleados permanentes. La firma permaneció en actividad hasta finales de la década del 70, hasta que por diferentes motivos comerciales decidió a través de uno de sus principales referentes, Mario Berrini (h), finalizar con uno de los proyectos laborales más importantes de nuestra comunidad.
Atilio Ghezzi
Especial para EL DIARIO