A requerimiento de la Fiscalía de Cámara, y con el acuerdo de la Defensa, el camarista René Gandarillas le impuso ayer una condena de ocho meses de prisión efectiva, con declaración de reincidencia, a un albañil que fue juzgado por un episodio de violencia familiar ocurrido a fines de setiembre del año pasado en Villa María.
Se trata de Sebastián Busso, de 31 años de edad, quien fue declarado autor de los delitos de “desobediencia a la autoridad”, “amenazas”, “daño” y “hurto simple”, de los que resultó víctima quien fuera su concubina.
A poco de comenzada la audiencia de debate, Busso admitió su culpabilidad en todos los hechos que se le atribuían, pero el juicio no fue de trámite abreviado porque igualmente se receptó el testimonio de la mujer que padeció el violento accionar de su expareja, de apellido Guevara.
Durante su declaración, la testigo ratificó lo que había denunciado poco después del incidente, ocurrido el 28 de setiembre de 2012, pero también pidió “por favor” que liberaran al acusado, quien en un pasaje de juicio, y con lágrimas en los ojos, dijo estar “arrepentido” por lo sucedido.
“No va a volver a suceder”, señaló luego con la voz entrecortada.
Como Busso llevaba poco más de ocho meses entre rejas, el magistrado interviniente ordenó su inmediata libertad, por lo que el trabajador de la construcción se retiró de los Tribunales por sus propios medios.
Además de Gandarillas, participaron del juicio oral y público el fiscal Francisco Márquez y el abogado local Daniel Enrique Volpe (ejerció la Defensa de Busso), mientras que el secretario actuante fue Roberto Jue.
Antecedentes
Cabe recordar que este convicto reincidente fue condenado por primera vez el 13 de junio de 2005, oportunidad en la que se le impusieron cinco años de prisión efectiva tras ser declarado autor responsable de “robo calificado” por uso de arma blanca, “tentativa de robo calificado” y “hurto simple”, y coautor de “hurto calificado”.
Hace exactamente hoy ocho años, el por entonces camarista Héctor Fissore (ya jubilado) sentenció a Busso por dos robos a mano armada perpetrados a mediados de 2004 en otros tantos negocios de esta ciudad.
Con sólo 22 años de edad, Busso (nacido 16 de diciembre de 1981) había asaltado una “pilchería” y una agencia de quiniela, utilizando en ambos casos una cuchilla de cocina de grandes dimensiones, con la hoja herrumbrada y una muesca sobre el filo.
Esa particular circunstancia le valió el mote de “ladrón de la cuchilla” en las crónicas periodísticas de aquellos años, e incluso en una vivienda que por entonces ocupaba en barrio San Juan Bautista, la Policía secuestró el arma en cuestión, además de varias capuchas -todas negras- que el imputado utilizó para cometer los violentos atracos.
Asimismo, en julio de 2003 Busso participó en un asalto a otro comercio villamariense, mientras que en el año 2000 coprotagonizó varios delitos contra la propiedad, aunque de menor cuantía, junto a dos jóvenes que también fueron condenados en 2005.