Corrían horas de la siesta del domingo y el padre José “Pepe” Luque, sacerdote de la Parroquia Sagrado Corazón, de barrio Las Playas, vivió, desde lo emocional, seguramente uno de los momentos más intensos de su vida. Es que nada más y nada menos que el Papa Francisco se comunicó telefónicamente con él, un hecho que, según “Pepe”, fue “un gran gesto”. “Ahora puedo morir contento, hemos batido al enemigo (ironizó mientras reía). Está bien que le pidieron que me llame, pero hubiera podido decir que no y lo mismo se acordó de mí”.
“Todavía estoy tratando de aterrizar, porque fue una sorpresa que ni me imaginaba. Yo estoy enfermo con un problema que no me deja moverme mucho y se ve que algunos amigos de acá junto con otros de la Cancillería de Buenos Aires han logrado comunicarse con el Vaticano”, detalló además.
Brindando más precisiones sobre el momento en el cual recibió el llamado de Bergoglio, el cura villamariense contó que “en la casa donde me están atendiendo ahora, porque no puedo estar solo, me dijeron: ‘Le habla el Papa Francisco’. Por suerte no atendí yo, si no, lo mando no sé dónde (entre risas). Yo no iba a creer que él me estaba llamando”.
“En ese momento estaba durmiendo la siesta, porque después quería levantarme a ver el partido de Boca, que dicho sea de paso por fin ganamos, y entraron desesperados donde yo estaba, gritando ‘te llama el Papa’ una y otra vez. Yo no lo creía, pero cuando escuché su voz, era la misma que tenía Bergoglio cuando estábamos en el seminario, no ha cambiado nada a pesar de que han pasado 40 años. Con el Papa Francisco éramos compañeros en el seminario, nos conocemos desde entonces. Su gesto fue increíble, no se olvidó de mí y se ve que él agarra el teléfono y habla directamente, no tiene un secretario que te avise que te va a hablar el Papa”, agregó.
Con respecto a sus tiempos como compañeros de estudio sacerdotal, “Pepe” relató que: “Yo me ordené en 1972 en Villa María y él lo hizo tres años antes que yo. El tiene 76 años y yo 73. Estudiamos juntos, tuvimos los mismos profesores, por eso yo lo entiendo tan bien cuando habla porque éramos compañeros. Yo le hacía las tostadas a la mañana cuando tomábamos mates o café con leche. Eramos compañeros y teníamos un diálogo como tales. También éramos amigos, hasta los olores nos conocíamos. Era tal la confianza que teníamos que cuando me habló el domingo yo le dije ‘hola, Bergoglio, ¿cómo te va?, ¿qué tal, negro?’, ése fue el diálogo del Papa con un cura de Villa María (nuevamente dominado por la risa)”.
Además, José Luque brindó más detalles sobre la conversación que mantuvo con Francisco. “Me dio la bendición para el barrio Las Playas y yo le pedí que lo hiciera extensivo a todas las diócesis. Después me pidió muy encarecidamente que recen mucho por él, porque va a tener una tarea de limpiar el Vaticano. Es un Papa resucitado por el Espíritu Santo que va a ordenar un poco la Iglesia. Me llama la atención cómo se ha despegado del boato, de toda esa parafernalia que se ata alrededor del Pontífice. El les metió la chuza, va para adelante, es sencillo y les va a romper todos los esquemas. No pudimos hablar mucho más que eso porque fue un diálogo muy corto, yo no lo quise molestar. Le conté que a la mañana había estado dando misa sentado porque no puedo estar parado”, relató.
Haciendo un análisis de las funciones del nuevo Papa argentino, “Pepe” aseguró que “su llegada al papado es una bendición del cielo, va a poner a la Iglesia como lo hizo Juan XXIII, la va a adecuar con el momento histórico del hombre de hoy, por eso habla de que los curas tenemos que ser pastores con olor a oveja, a las monjas les dijo que no deben ser solteronas. No ha perdido la esencia del barrio de Flores, lugar de donde es, sigue hablando con la sencillez de siempre”.
“Si pudiera hablar nuevamente con él, más tranquilo y sabiendo de antemano que va a llamarme, le diría que siga para adelante con sus ideas, que le meta con todo y deje que la Iglesia sea pobre, comprometida con el mundo, con el hombre de hoy, que estemos más cerca de Cristo, lejos de tantos intereses, que seamos no profesionales de la religión, sino servidores de los hombres. Le diría ‘no bajés la guardia, gringo, dale para adelante’”, confesó.
“Ya no me quedan sueños por cumplir, ya con esto estoy hecho. Hace poco fui a la cancha de Boca y me traje pastito de la ‘Bombonera’, ahora me habla el Papa, ya estoy hecho, basta (con una mezcla de emoción y alegría)”, concluyó.
Un testimonio tan simpático como emocionante.