Escribe: Héctor Cavagliato (golfuniversal@arnetbiz.com.ar)
En este bendito juego suelen darse demasiadas circunstancias que conspiran, generalmente, contra la buena disposición de los jugadores. Generalmente, por desconocimiento de las reglas elementales, cosa que todo jugador que sale a la cancha debiera conocer con anticipación y en otras, por la obstinación del criterio "muy argentino" de ser indolentes con el respeto de esas reglas y del derecho de los demás. Suena contundente, probablemente, pero es la realidad.
Se ha hecho vicio, más que costumbre, demorar indebidamente el juego y cuando se pierde la distancia de un hoyo con el grupo que lo precede, si no se recupera de inmediato debe ceder paso al que le sigue y se la pasa esperando que a los lerdos se les ocurra entender que están compartiendo con los demás un torneo basado en esas reglas, en tiempo y espacio.
Marcar o no marcar
Otra circunstancia se da con frecuencia en los hoyos de par 3. Muchos jugadores "expertos de muchos años" ignoran la necesidad y ventaja que representa marcar la pelota y permitir que el grupo que le sigue pegue su tiro de salida. Con ello se logra descomprimir la distancia con otro grupo de más adelante y se agiliza el juego de todos. Pero, ¿cuál es la respuesta caprichosa? "Para qué vamos a marcar si es lo mismo". No es lo mismo y no debería ser necesario que lo exija una recomendación previa. Sólo la "cultura golfística" (que incluye alisar los bunkers, reponer los divots y levantar los piques en el green) bastaría, pero ante la falta de ese vital componente debiera haber algún oficial del día o veedor -que antes se designaba siempre- se diera una vueltita por la cancha y les "moviera el guiso" a los remolones y también a los transgresores.
Casi 6 horas: una barbaridad
No es posible que una ronda de 18 hoyos llegue a insumir más de 5 horas, bajo ningún concepto. ¡Hubo casos de más de 5 horas y media! Y esto ocurre en muchos clubes, no en uno en particular. Por lo visto, la necesidad de charlas, clínicas reglamentarias y recomendaciones están haciendo falta imperiosamente. La dirigencia, los profesionales y los propios aficionados tienen la responsabilidad de lograrlo.
¿A qué estamos jugando?
Así habría menos gente enojada sin ningún motivo más que por el propio desconocimiento.
Lo mismo va para el permisivismo de transgresiones e inobservancia de las reglas específicas. Si no se juega bajo su rigor, entonces se estará jugando a cualquier cosa menos al golf como a cualquier otro deporte, donde por no aplicarlas a uno se perjudica a todo el resto.
Programa del "finde" largo
En el Villa María Golf Club se jugará hoy, Día de la Bandera el torneo llamado en inglés "Flag competition" o el torneo de las banderitas. Consiste en jugar hasta que al jugador se le termina su handicap -puede ser antes o después del hoyo 18- y ahí "planta la bandera" con su nombre. Ganará quien más le haya alcanzado su score con ventaja. El viernes "puente" y el sábado, sendos medal play con premios de la comisión Directiva.
En el Bell Ville Golf Club se jugará hoy un fourball a la americana y el sábado, un medal play, también con premios "de la casa".
Los principiantes
La primera fecha jugada el domingo tuvo diecisiete principiantes que se sacaron chispas. Nadie debe desanimarse si necesitó muchos golpes: señal de que le "sacaron el jugo" a la cancha...ya vendrán los progresos.
Así se ordenaron en el marcador: Graciela Guerreiro 36 golpes - Leonardo Plugel 37 - Cristian Ortega 39 - Juan Massafra 39 -Pablo Giraduo 41 - Nicolás Ermácora 42 - Marcelo Benito 43 - Ricardo Aprile 45 - Andrés Sperone 47 - Nela Taglioretti 48 - Fabio Galván - Verónica Rotemberg 51 - Carlos Ceresole 51 - Gustavo Zanotti 61 - Federico Sacripanti 63 - Graciela Ferreyra 66 - Francisca Albarracín 84.