A través de un comunicado, referentes del comité de circuito de la Unión Cívica Radical Villa María, brindaron su parecer sobre la actualidad política y socio-económica argentina.
A continuación, se reproduce de manera textual lo redactado por los dirigentes radicales, Silvia Balderramos, Marcelo Barotto y Jorge Fiol.
“Para comprender la progresiva decadencia del país de las últimas décadas, tendencia que se puede demostrar empíricamente nada más que comparándonos con nuestros vecinos, es necesario entender la lógica del peronismo de los 70, de los 90 y el del nuevo siglo siempre ha sido una continuidad con los mismos actores, con el mismo accionar y las mismas consecuencias.
Hay un elemento revelador del discurso peronista que nunca falta y que lo repiten invariablemente y son cuatro palabras: ‘Redistribución de la riqueza’, éste es un concepto puramente material que significa sacarles a unos para darles a otros.
En esto de sacar, los más perjudicados son los sectores medios por el sistema altamente regresivo que tiene la recaudación impositiva, sirva como ejemplo que los trabajadores pagan Impuesto a las Ganancias y que además, con un auto y una casa pagan impuesto a los bienes personales.
La presión sobre los sectores medios es cada vez más intensa porque en los últimos 10 años se fugaron del país 120.000.000.000 de dólares.
Es fácil imaginar qué distinto sería todo si ese dinero se hubiese invertido en el país, pero lamentablemente hemos sido refractario de las inversiones porque no hemos sabido ofrecer un escenario de estabilidad política que garantice seguridad jurídica, honestidad y unidad nacional.
El peronismo sabe repartir riqueza pero no sabe generarla y cada vez hay menos para repartir.
El concepto que se abandonó es el de la movilización social ascendente, es decir, la posibilidad de que siendo pobre se pueda escalar a ser clase media, esto se logra con la educación, no con planes sociales y dádivas.
Haciendo un revisionismo vemos que los padres y abuelos, muchos de los cuales eran analfabetos, canalizaban todos sus esfuerzos en la educación de sus hijos, el Estado garantizaba educación de calidad, además, de libre y gratuita en todos los niveles, así se forjó una clase media educada y pujante que nos puso por encima de todos los países latinoamericanos.
Hoy la educación sigue siendo gratuita, pero difícilmente alguien que va a una escuela pública acceda a una universidad, no por una cuestión económica sino porque la escuela pública ya no tienen el nivel que se necesita para que el alumno llegue a una capacitación superior, no está preparada para afrontar el desafío de la marginalidad social.
El gasto en educación se mide en cuantas escuelas o aulas se construyen, cuando lo más importante sería invertir en capacitación docente para que puedan enfrentar los nuevos desafíos.
Las universidades se han caído en todos los ranking de calidad educativa, se eliminaron las escuelas técnicas, hay escuelas para ricos y escuelas para pobres que sólo garantizan que van a seguir siendo pobre.
La pobreza es hoy un botín político, se utiliza para ganar elecciones, te doy un plan pero votame, es el gran invento peronista para perpetuarse.
Hoy, los únicos casos de movilidad social ascendente se pueden observar entre los funcionarios, entre allegados al poder y entre nuevos empresarios que mediante la obra pública han logrado el ansiado progreso.
Después de todo esto y tantos años en el poder se siguen presentando como víctimas.
Víctimas de la oposición, de los malvados medios de comunicación, de los poderes económicos, etcétera, etcétera cuando en realidad si después de tantos años estamos como estamos es porque el problema son ellos y su lógica.
Finalmente, como no pueden explicar el presente distorsionan el pasado”.