Empezó a hacer artesanías hace 7 años. “Toda la vida me gustó pintar. Lo he hecho desde siempre, desde mis 8 años”, cuenta Nancy Cuzcueta al recibir a EL DIARIO en su casa.
“Siempre hacía artesanías para regalar, para todo el mundo: los souvenirs, cosas para los demás. Un día me dije: no puedo ser tan tonta, en vez de regalar tanto tendría que hacer plata”, recordó la artesana.
Estaba atravesando una situación familiar particular y necesitaba dinero. Y no había pensado que de lo que ella hacía podía vivir.
Cree, en ese sentido, que en este rubro muchos interpretan que no pueden ponerle un precio a su labor, subestimando así su creación.
“Creo que la mayoría ha empezado como yo: hacer cosas para el amigo, la amiga la vecina, la sobrina. Y después uno se va perfeccionando. Nadie me enseñó. Aprendí sola y si te gusta vas avanzando. Un día lo harás mal pero vas aprendiendo, probando, viendo”, expresa la entrevistada.
Cuzcueta se dedica a la pintura y madera. Hace muebles para la tradicional muñeca Barbie. “Me fijé en cómo era su casita y vendí muchos, pero muchos artículos de ese orden”, devela.
“Es que no hay en ningún lado. En los negocios vienen camitas muy chiquitas, no hay en el mercado productos como los que hago. Las que venden en los comercios son camitas muy chicas en las que la muñeca no cabe. Entonces he realizado casas acorde a los tamaños, con sus sillas por ejemplo”, describe con énfasis y con la certeza de que ha encontrado un nicho no explorado.
Con gracia, cuenta que “me volví loca haciendo, me harté de hacer y de vender”.
También ha explorado otros rubros, pero aclara que en las ferias de artesanos que se realizan en Villa María no pueden ofrecer al público artículos de muchas ramas.
“Tenemos que elegir uno. Esto no se da en todas las ferias sino acá, porque no hay ventas. No hay gran cantidad de gente. Si vas a Córdoba, ves que hay 30 puestos de la misma cosa y todos venden. En esta ciudad no. Si todos tenemos lo mismo, no vende ni uno ni el otro”, explica.
Por esto, hay sólo dos o tres puestos con similares creaciones.
La idea es tener variedad pero sin atentar contra la posibilidad de vender.
Veladores, restauración de muebles y ropa para perros, son otras de sus habilidades.
Nancy dice que el campo de su trabajo personal se fue ampliando precisamente por las ferias, porque obtuvo clientes leales que luego les pedían determinados productos.
“Me animé a restaurar muebles, de corajuda nomás y me está yendo bien, por suerte”, resalta.
Los materiales que utiliza “tienen su costo, nada es barato”. “Las maderas y las pinturas se han ido a costos altos. Un poquito de pintura está en 18 o 20 pesos, dependiendo los colores. Pero, si sabés usarlo, te rinde. Compro tarros de cuatro litros y voy preparando los colores”, desmenuza.
Hay, claramente, épocas del año en que vende más. Navidad, Día del Niño y Día del Amigo, son sus fechas claves. “Para el Día del Padre no vendo nada. Antes hacía cajas para los vinos pero me lleva mucho trabajo y no tienen salida. Entonces fui probando: hago y veo su respuesta y luego me inclino hacia lo que realmente vende”, revela.
Sus ventas han ido en ascenso, año a año. Lo importante es que se hizo de clientes fieles, que la buscan en las ferias especialmente a ella.
Considera que la gente mayor “es la que más te da aliento y valoriza el trabajo del artesano”, mucho más que los jóvenes.
No encuentra puntos negativos a esto que eligió. “Me gusta mucho y trabajo de lunes a lunes. Es mi cable a tierra y lo hago con placer. Voy a seguir y mi idea es hacer cuadros, poder exponer, vender mis pinturas, algo que es difícil en Villa María. Me tengo que ir, para esto, a Córdoba o Buenos Aires”, señala.
Nancy dice que en el grupo que conforma hay más de 40 artesanos, que están en todas las ferias, pero que hay “muchísimos más”.
Ha estado en exposiciones de otros lugares. “Fueron experiencias divinas”, resalta.
Sobre la feria local, dijo que la comisión hace “todo lo posible por mejorarla, por contar con carpas propias, brindar el mejor aspecto”. “Hacemos respetar la limpieza del lugar y el no permitir que se tome alcohol. En otros lados nos reconocen por esto”, valora.