Dante Rosettani ha cultivado durante largos veinte años un hobbie más que peculiar. Ante la proximidad de la época navideña, junta diferentes elementos de su casa, cajas, maderitas, cajones, muñequitos y los recicla para conformar su creación artesanal.
En esta ocasión logró montar una puesta más amplia, con luces y decorado vistoso de montañas y cielo en un rincón de su casa, ubicada en la céntrica calle San Martín.
A la par de su curiosa inventiva, su historia de vida no es menos interesante. Dante es italiano de pura cepa (de hecho casi no habla en español), oriundo de Porto Sant´Elpidio, un pueblo costero bañado por las aguas del Mar Adriático. Allí conoció a su mujer, la villamariense Olga Ciarrocca quien había partido de nuestra ciudad en 1974 luego de fallecer su hermano y sus padres. El, quien había enviudado tiempo atrás, oficiaba de zapatero y vivía al lado de Olga, quien ejercía su vocación de modista. A pesar de las dificultades económicas, decidieron casarse. Las vueltas de la vida y la fuerte ligazón que mantenía Olga con sus familiares locales hicieron que la pareja decidiera radicarse hace dos años atrás en Villa María. "Dante, quien en agosto cumple 80 años, se ha enamorado de esta ciudad que le ha demostrado mucho cariño y donde también se encuentra con varios italianos para poder charlar en su lengua", comenta Olga, quien oficia de traductora.
Volviendo al hobbie de Dante, su mujer confiesa entre risas: "A veces cuando está preparando algo en el pesebre y no le sale, se manda unos insultos ¡con el Niño Jesús en la mano!". Y en italiano, por supuesto.
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