Por: NET
Y la tierra tembló con grado tres, la superluna se proyectó orgullosa en el cielo y los políticos salieron al campo de batalla armados hasta los implantes. Qué domingo.
Los perros ladraron cuando vieron pasar al trotecito a Supermingo. “Aún entre los demonios hay unos peores que otros”, decía Don Quijote. Y aquí estamos los cordobeses, tratando de encontrar una luz en el cuarto oscuro.
Paso a paso, galope a galope, fueron apareciendo las formas de los precandidatos a diputados que participarán en las Primarias de agosto. La sorpresa la dio Domingo Cavallo, que no pierde las ganas de andar a campo abierto. El exministro, padre de la convertibilidad, salió del corralito y regresó al caserío, cual fantasma que conmocionó a un peronismo acostumbrado a lidiar con sus propios demonios.
El economista se ubicó en la plataforma de salida de la mano de la fraternidad Rodríguez Saá y muchos ya empiezan a sentir un fenómeno sísmico imaginando que puede captar votos de la derecha. Esos que podrían haber llevado agua al molino delasotista o macrista, que se jacta de tener el árbitro del partido.
“Mingo”, que nunca expresó arrepentimiento por sus acciones, cuenta con el despertar de la memoria de algunos nostálgicos que disfrutaron del uno a uno, viajando a Miami y despilfarrando dólares, precisamente la moneda que hoy anda por las nubes.
Se golpea el pecho “pecador” hablando de sacar los impuestos que causan escozor en la mayor parte de la sociedad y asume un rol protector con el agro, olvidando que durante sus gestiones el campo quedó con las ruedas de los tractores para arriba. Y no sólo el campo.
“Cada uno es como Dios le hizo y aun peor muchas veces”, otra frase del Quijote. “Mingo”, más allá de sus títulos honoríficos, ha sido uno de los personajes más controvertidos de la década que culminó con la crisis de 2001. Las diversas causas en los Tribunales Federales no le mueven ni un pelo y se atrevió a decir que “decidió jugarse, como tantas veces se jugó en la vida”.
Nada apuntó sobre los resultados de sus apuestas y el daño causado al país. Aliado, en otros tiempos, de Unión por Córdoba, hoy llama “impresentable” a Carlos Caserio, el tercero en la lista del peronismo cordobés.
“La falsedad tiene alas y vuela y la verdad la sigue arrastrándose, de modo que cuando las gentes se dan cuenta del engaño, ya es demasiado tarde”, otro concepto del hombre de los molinos de viento que nunca pierde vigencia.
El partido fundado por “Mingo”, en la década pasada, tuvo muchos seguidores en años de vacas engordadas con burbujas de aire, entre ellos varios dirigentes locales que hoy revisten en las filas del accastellismo y han tenido que pedir perdón por sus pecados.
El reciclado es una característica de los residuos de la política. Los dirigentes se someten a un proceso con la idea de volver a ser utilizables. “Cuando no estamos en la una, estamos en la otra”, sabias palabras del Quijote.
Y así andamos los votantes. Entre viejos caballos, gallos conocidos, escasa renovación y medianoche, tratando de identificar la antesala del infierno de la antesala del paraíso. Mucho barullo, poca música.
Don Domingo le sacudió el polvo a los encuestadores que hicieron las consultas sin saber que su nombre estaría en la grilla. ¿A quién le restará sufragios?, es el interrogante en una elección que los soldados de Perón y Alem cuentan voto a voto.
Aunque para hacer honor a la realidad, debemos reconocer que la mayoría de los candidatos rumbo a octubre salió del repollo cultivado en la diversidad de la huerta peronista.
Si nos remitimos a los números de los consultores, el exgobernador Juan Schiaretti y el siempre listo Oscar Aguad encabezan las preferencias, no obstante, sin garantías de mantener las bancas que sus partidos ponen en juego. El delasotismo debe renovar dos diputados, el radicalismo tres, el juecismo tres y el kirchnerismo uno.
Schiaretti tiene dos piedras en el zapato para dar el PASO: la experimentada Olga Riutort y el intendente de San Francisco Martín Llaryora .
Aguad debe saltar las vallas armadas por Dante Rossi y Miguel Abella, quien hace sonar la chicharra de un interior que tiene pocos representantes.
Desde los claustros
Entre los escasos referentes del interior para los comicios de agosto, en un puesto expectante está el villamariense Martín Gill.
El rector de la Universidad Nacional de Villa María (UNVM), de licencia por cargo de mayor jerarquía, será el acompañante de Carolina Scotto en la boleta del Frente para la Victoria. Su nombre en la lista no sorprendió. Gill responde al perfil preferido por Cristina. Excelente formación académica, emprendedor, joven y batallador. Su designación dejó mudos a más de uno en la city, a tal punto que los pejotistas que adoran escribir en las redes sociales guardaron silencio el sábado y fueron fieles a la premisa “desensillar hasta que aclare”.
El protagonismo del “Niño” (como le dicen por lo bajo ciertos accastellistas que recuerdan que fue el concejal más joven) genera precaución en el terreno minado de los egos. El abogado ya tiene vuelo propio.
A Eduardo Luis Accastello lo hicieron jugar, pero en el banco de suplentes. Casi una penitencia para el dirigente que transitó los pasillos rosados, en los últimos días, pero con la tenaz aspiración de ser gobernador de la provincia y llevar el modelo VM a todo el territorio provincial.
Tal vez el castigo tenga aroma a rosas, ya que comentan que mandó a uno de sus hombres, médico de profesión, a tratar de fortalecer los huesos rotos con la estructura del “Gallego”.
No hay que perder de vista las vueltas del camino. Ya lo decía el caballero de la Mancha: “Por la ruta del ya voy se llega a la casa del nunca.” Por las dudas, el cacique local metió un bono extra en la lista de Olguita: el intendente de Pasco Daniel Del Bono. A puertas cerradas, buenas son las ventanas abiertas.
“Confía en el tiempo, que suele dar dulces salidas a muchas amargas dificultades”.
Eso es lo que venimos haciendo los ciudadanos desde hace décadas: confiando en el tiempo.