Edicion: 2015-07-01
Hoy en Tapa de Papel | Ediciones Anteriores
NOTICIAS SUPLEMENTOS SERVICIOS CONTACTO QUIENES SOMOS
Portada  »  Opiniones  »  Sobre la costanera
10 de Enero de 2009
Opinión desde el oficialismo
Sobre la costanera
Compartir Compartir Imprimir

Escriben: Gerardo Russo
Normand Argarate *

En las últimas semanas, en buena parte de la opinión pública de la ciudad, tanto en medios de comunicación como en charlas ocasionales de café; la cuestión de la remodelación de la infraestructura urbana de la costanera, como el festejo de fin de año, han sido motivo de diversas conjeturas (a favor o en contra), diatribas o simplemente opiniones. Desde nuestra perspectiva queremos contribuir a un análisis que sin desmerecer otros puntos de vista, enriquezca la discusión pública, porque precisamente lo que se discute es la utilización del espacio público. El mismo como tal, constituye la herramienta fundamental que tiene el Estado para intervenir en procesos de revitalización social y en este sentido dicha intervención, por acción u omisión, define la política que sustenta el propio Estado.
En primer lugar el festejo de fin de año, que para algunos representa un derroche o un despilfarro, y sin entrar en disquisiciones filosóficas para argumentar el “potlach” deleuziano que caracteriza a toda fiesta; en un concepto que intenta definir ese “exceso” o plus que implica la celebración festiva de un acontecimiento, pero que tanto escandaliza a ciertas mezquindades chauvinistas; puede sin embargo justificarse también desde un razonamiento económico.
En un mundo arrasado por el frenesí de un capitalismo despiadado, donde la fragmentación social se atomiza en un individualismo cada día más acentuado, donde en los lugares de disfrute se excluyen a inmensas mayorías ¿cuáles son los momentos que tiene una comunidad para reconocerse como tal, en un rito de celebración colectiva, con acceso libre y gratuito?
Música al aire libre, tanto para adultos como para niños, y la belleza simbólica de “poner luces en el cielo” y de la cual, más de cincuenta mil personas disfrutaron nos impelen a ser más respetuosos de ciertos eventos, cuya dimensión simbólica, va más allá de ciertos enconos o frustraciones políticas.
La conjunción entre el espejo de agua, la infinitud del cielo y los fuegos de colores, estallando sobre la expectativa multitudinaria, iluminaron por un instante, el momento excepcional que vive la ciudad.
En muchas ocasiones, hemos escuchado verdaderos desatinos pretenciosamente críticos, como por ejemplo, cuando se realizó el debate público en el Concejo Deliberante por la construcción de la Medioteca. Allí se sostuvo, con firmeza engolada, que la nueva biblioteca era una porquería porque el paso del tren no iba a permitir la lectura y otros desvaríos que no vale la pena recordar. Hoy, es un verdadero orgullo y forma parte del patrimonio público de todos los villamarienses. Por este tipo de antecedentes es que salimos a la palestra, porque hay que tener cuidado con lo que se dice. Es preferible resbalar en la calle y no con la lengua. Porque en última instancia estamos hablando de nosotros mismos como sociedad.
Nuestro coloniaje mental nos lleva muchas veces a ponderar exóticos maravillas (en ocasiones para enmascarar una falsa distinción de status) y que nos impide reconocer lo propio como aquello deseable.
Revalorizar el río, generar un espacio público al que pueden acceder todas las clases sociales. Encontrar allí juegos infantiles, conmemorar la historia de los que perdieron la vida en los aciagos días de la dictadura, en uno de los poquísimos monumentos en el país, una circulación urbana que permite la distracción y la armonización del cuerpo y del espíritu, del estrés cotidiano, gozando de la naturaleza y del encuentro humano, fuera de toda virtualidad tecnológica, es un privilegio que muy pocas ciudades poseen. Observar los pescadores en la compuertas, la voluntad vital de corredores y ciclistas, el deambular retozón de los adolescentes; leer un libro, compartir una merienda o simplemente recrear la vista bajo un aguaribay, un lapacho o un joven ombú, en reposado sosiego de un atardecer, constituyen formas de organizar y pensar la comunidad. Frente a la lógica productivista de un capitalismo exacerbado, construir espacios de sociabilidad que estimule el sentido de vivencia, favorezca relaciones creativas, desarticule climas hostiles y resignifique prácticas urbanas, es quizás el desafío cultural que deben afrontar los estados modernos.
Si alguna piensa que exageremos, sugerimos que comparen con otros espacios públicos, por ello la utilidad de los viajes y si aún duda, sugerimos que con ánimo crítico y mirada inquisidora se dé vueltita por la nueva costanera. De algo estamos seguro, disfrutará el paseo, y por ahí se saca de encima, el peso del resentimiento.

* Titular y coordinador de la Universidad Popular

Otras notas de la seccion Opiniones
  • Escriben los lectores
  • Escriben los lectores
  • Una historia, entre tantas
  • Los lectores también escriben
  • Lamentable


  • Humor
    Noticias » Locales » Regionales » Policiales y Judiciales » Deportes » Culturales » Especiales » Opiniones
    Suplementos » Tiempo de Salud » Arquitectura » Horas Libres » Rural » Cultura » Viajes »
    Archivo formato anterior » 2001 » 2002 » 2003 » 2004 » 2005 » 2006 » 2007 » 2008
    Servicios » Fúnebres » Clima »
    REPORTÁ UNA NOTICIA

    Si tenés una noticia comunicate
    E-mail: lector.escribe@eldiariocba.com.ar
    Teléfono: 0353-4523976 (Redacción)
    PUBLICIDAD

    E-mail: publicidad@eldiariocba.com.ar
    Teléfono: 0353-4523976 (Publicidad)
    Celular: 0353-154199702
    NUESTROS DATOS

    El Diario del Centro del País es editado por la Cooperativa Comunicar en Periodistas Argentinos 466/474, ciudad de Villa María, República Argentina
    Teléfonos: 0353-4523976 y 0353-4613126
    E-mail: eldiario@eldiariocba.com.ar

    Copyright 2008-2024 Cooperativa Comunicar.   WfxGroup - Administracion de publicidad para sitios de alto trafico - Villa Maria - Cordoba WfxGroup - Diseño y programacion Web - Villa Maria - Cordoba